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El 5 de agosto del 2011, una sonda espacial con nombre de diosa romana despegó de la Tierra rumbo al planeta más grande del Sistema Solar.
Desde esa fecha y hasta hoy, la sonda Juno habrá recorrido 2 mil 800 millones de kilómetros hasta Júpiter y, esta noche, realizará una maniobra para ingresar a su órbita.
Afortunadamente, Juno puede alcanzar velocidades de hasta 265 mil 500 kilómetros por hora y, por eso, solo tardó cinco años en llegar hasta allá. Si viajara a la velocidad de un jet comercial, necesitaría 342 años para completar su recorrido.
Algo muy interesante debe esconder el gigante de gas para que la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) destinara mil 100 millones de dólares para dicha misión.
Al acercarse a Júpiter, la poderosa fuerza de gravedad de ese planeta intentará “absorber” a la sonda Juno, la cual alcanzará velocidades inimaginables para cualquier vehículo terrestre, marítimo o aéreo.
Durante la maniobra de inserción, Juno encenderá su motor principal durante 35 minutos con el fin de disminuir la velocidad drásticamente hasta alcanzar unos mil 950 kilómetros por hora y lograr montarse en la órbita de Júpiter. Si no puede reducir la velocidad, corre el riesgo de seguir directo y pasar a la par del planeta.
La sonda, del tamaño de una cancha de baloncesto, investigará a profundidad el origen y la evolución de un planeta cuya masa es 300 veces mayor que la de la Tierra y que tarda 12 años terrestres en completar la órbita al Sol.
Secretos bajo las nubes. En la mitología romana, Juno era la esposa del más importante de los dioses: Júpiter.
Para ocultar sus fechorías, el dios se envolvía en un manto de nubes, pero Juno tenía la habilidad de mirar a través de ellas y descubrir la verdadera naturaleza de su marido.
Y eso es justamente lo que hará la sonda que lleva su nombre: Juno se ubicará 5 mil kilómetros por encima de las nubes más altas del planeta para explorar los misterios debajo de ellas.
Esta es la ubicación más cercana al gigante hasta ahora alcanzada por una sonda.
La densa capa de nubes marrones, rojas, amarillas y blancas es la que da a Júpiter su apariencia de obra de arte abstracto.
Por otro lado, su atmósfera es muy similar a la del Sol; está compuesta fundamentalmente por dos gases: hidrógeno y helio.
El principal investigador de la misión, Scott Bolton, del Southwest Research Institute de San Antonio, Texas, explicó que conocer la historia de Júpiter ayudará a comprender la formación de todo el Sistema Solar.
El pasado jueves, la NASA anunció el ingreso exitoso en la magnetosfera del planeta, es decir, la región en la que el campo magnético actúa como un escudo protector contra el viento solar.
Durante su travesía por la magnetosfera, Juno pudo capturar un sonido que los científicos llamaron el “rugido” de Júpiter.
Juno es la primera misión en llegar tan lejos impulsada únicamente por energía solar.
La visita de Juno a Júpiter tardará 20 meses, durante los cuales orbitará el planeta 37 veces.
En febrero del 2018, la sonda se saldrá de la órbita y se estrellará intencionalmente con la atmósfera del planeta para evitar contaminar sus lunas, como Europa, con microorganismos terrestres.
La transmisión de la NASA se puede seguir en los siguientes enlaces: www.nasa.gov/nasatv o www.ustream.tv/nasa.
rqm