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La tecnología ha posibilitado que cada vez se descubran más planetas fuera del Sistema Solar, muy distintos unos de otros, y su estudio es clave para entender el origen del nuestro. Ahora, científicos han observado por primera vez un disco protoplanetario en miniatura, germen de la gestación de planetas.
Las estrellas se forman en nubes de gas y polvo que colapsan bajo la gravedad y en torno a ellas con el tiempo, las partículas de polvo se van adhiriendo entre sí generando arena, piedras y rocas que eventualmente se asientan en un delgado disco protoplanetario donde luego se forman los asteroides, cometas y planetas.
Estos discos son estructuras aplanadas de gas y polvo que rodean a estrellas muy jóvenes.
En 2014, gracias a 42 antenas del observatorio ALMA (Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array, instalado en el desierto de Atacama, Chile), los investigadores consiguieron la imagen más nítida de uno de estos discos alrededor de la estrella HL Tau, localizada a 450 años luz de la Tierra.
Con ello, se conseguían capturar las mejores instantáneas hasta la fecha de un disco protoplanetario.
En este nuevo estudio, publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters, los científicos, liderados por el español Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), se han fijado en otro disco protoplanetario, pero esta vez un disco en miniatura, en el que se están gestando planetas que orbitarán muy cerca de su estrella.
El descubrimiento fue por sorpresa, explicó Mayra Osorio, del IAA: "en las observaciones de 2014 toda la comunidad astronómica se fijó en la estrella HL Tau, pero al lado había otra estrella joven, la XZ Tau B, la cual hemos analizado para este trabajo".
En ella, vimos un pequeño disco de gas y polvo, con una especie de cavidad cerca de la estrella, "síntoma de que allí probablemente estén naciendo planetas y que se están llevando el material de ese disco", agrega.
Los discos analizados hasta ahora tienen un radio de aproximadamente cien veces la distancia entre el Sol y la Tierra y el de este estudio es tan solo tres veces esa distancia.
"Algunos estudios sugerían que podrían existir discos pequeños pero nunca antes se había obtenido una imagen", añadió, por su parte, Guillem Anglada, jefe de grupo y también firmante del artículo.
Un sistema planetario en miniatura quiere decir que los planetas orbitan muy pegados a su estrella: "el disco de XZ Tau B podría ser, por tanto, el precursor de este tipo de sistemas compactos", señaló Enrique Macías, del IAA y otro de los autores.
Para este investigador, según una nota del IAA, esto sugiere que podría haber un gran número de discos protoplanetarios de muy pequeño tamaño aún sin descubrir y que serían más habituales de lo pensado.
Una de las ventajas de este tipo de discos es que su pequeño tamaño implica que su evolución será entre 50 y 500 veces más rápida que en los sistemas mayores, lo que abre la posibilidad a observar la gestación de los planetas en "tiempo real", detalló Osorio.
Y es que, según esta astrónoma de origen mexicano, mientas los cambios en los discos observados hasta ahora tardarían décadas o siglos en poder verse, en estos discos ocurrirían en pocos meses, por lo que es uno de los escasos fenómenos en astrofísica donde se podría hacer un seguimiento completo a escalas de tiempo humanas.
Este es el siguiente paso del equipo del IAA, que ya ha pedido al comité de ALMA tiempo para hacer observaciones "en tiempo real".
jpe