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SpaceX lo ha vuelto a hacer. Por segundo mes consecutivo, un cohete de la empresa aeroespacial SpaceX logró aterrizar sobre una plataforma en el océano en la madrugada del viernes, esta vez tras el lanzamiento exitoso de un satélite de comunicaciones japonés.
Una transmisión en vivo a través de Internet mostró al propulsor cayendo verticalmente en la oscuridad sobre una barcaza en el Atlántico, frente a la costa de Florida.
Lo mismo ocurrió el pasado 8 de abril durante un envío de suministros de la NASA a la Estación Espacial Internacional.
Ese fue el primer aterrizaje exitoso en el mar de SpaceX, que espera comenzar a reutilizar sus cohetes no tripulados Falcon como pronto este verano para ahorrar dinero y reducir costes.
Dada la elevada altitud que se necesitaba para esta misión, SpaceX no esperaba un aterrizaje exitoso. Pero se equivocó.
Como comentó con alegría el comentarista del lanzamiento: "El Falcon ha aterrizado".
El fundador y director ejecutivo de SpaceX, Elon Musk, fue incluso más efusivo. "Woohoo!!", exclamó en letra negrita en un mensaje en Twitter.
"Quizás no tengamos que aumentar el tamaño del hangar de almacenaje de cohetes", agregó en un tuit.
Musk explicó que se quemó un dispositivo de tres motores para el regreso del propulsor, "que triplicó la deceleración desde el último vuelo". Antes de despegar de Cabo Cañaveral, dijo que las posibilidades de un aterrizaje preciso eran pocas porque el cohete llegaría más rápido y tendría una temperatura más elevada que la última vez.
El directivo sostiene que la reutilización del cohete es la clave para reducir los costes de lanzamiento y hacer que el espacio sea más accesible.
SpaceX es la única empresa que recupera los propulsores tras un lanzamiento orbital. La primera vez que lo hizo — en tierra firme en la base de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral — fue el pasado diciembre. El aterrizaje en el mar resultó más complicado y se necesitaron varios intentos para conseguirlo.
kal