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La naturaleza depara a veces la sorpresa de ver cómo se puede vivir a costa de un enemigo: un equipo de entomólogos y botánicos brasileños, españoles y alemanes halló en Brasil larvas de una mosca que viven en las hojas pegajosas de plantas carnívoras y a las que, además, "roban" su alimento.
Esta mosca pertenece a la familia de los sírfidos (comúnmente moscas de las flores o cernidoras) y sus larvas son "comensales no invitados" de las droseras o plantas atrapamoscas, cuyas hojas están cubiertas por numerosos tentáculos que segregan sustancias pegajosas que simulan ser gotas brillantes de rocío, un cebo maquiavélico para atraer y capturar a los insectos.
Sin embargo, las larvas estudiadas "logran ser inmunes al letal adhesivo de las droseras y robarles el alimento, lo que técnicamente se denomina cleptoparasitismo", explicó uno de los investigadores participantes en este descubrimiento, Santos Rojo, de la Universidad de Alicante (UA).
"Se conocen varios casos de cleptoparasitismo en la naturaleza, pero éste es el primero en el que una mosca es capaz de robar las presas capturadas mediante secreciones adhesivas de una planta carnívora que se alimenta de insectos", afirmó Rojo.
Cuando finalizan su desarrollo, estas larvas "ladronas" se desplazan a la parte inferior de las hojas que, al no ser pegajosa, no supone ningún peligro para la continuación de su ciclo biológico.
Según han informado fuentes de la UA, esta mosca fue descrita en Brasil en 1836, pero han pasado 180 años para poder documentar su ciclo biológico por primera vez.
A pesar de haber sido desvelado este enigma, "la investigación continúa con el estudio de otros aspectos, como la razón de la 'inmunidad' a las sustancias adhesivas de las planta o si otras especies comparten este tipo de hábitos", ha señalado Rojo.
El hallazgo se publicó en la revista científica Plos One y es fruto de una colaboración en la que han participado científicos del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales de la UA, de la Botanical State Collection de Múnich, del Instituto de Biociencias de la Universidad de Sao Paulo, del Museo Alexander Koenig en Bonn y del centro Illumina, San Francisco (EEUU).
El trabajo de campo se desarrolló en zonas montañosas del estado de Minas Gerais (sudeste de Brasil), aunque, según Rojo, "es probable que esta inusual relación insecto-planta pueda existir en otras zonas de Sudamérica, ya que tiene una enorme biodiversidad de la que los investigadores apenas están arañando su superficie".
Este descubrimiento "supone un salto cualitativo en el estudio de la biodiversidad de Sudamérica y permite entender las rutas evolutivas y la formación de nuevas especies en este grupo de insectos", ha destacado el investigador de la UA.
También es importante desde el punto de vista de la conservación de hábitats, ya que ahora se puede detectar esta relación que antes pasaba desapercibida y que tiene interés a nivel botánico y entomológico, según Ximo Mengual, otro de los participantes en esta investigación.
Muchas otras especies de moscas de las flores son enemigas naturales de pulgones y otras plagas con interés agrícola.
Según Rojo, conocer su ciclo biológico en detalle "puede aportar nuevos datos aplicables a especies depredadoras de plagas en todo el mundo".
Los investigadores estudian ahora si puede existir alguna relación positiva entre las droseras y este tipo de mosca.
"Las larvas no aportan ningún nutriente extra a la planta carnívora y no hemos cuantificado todavía lo que suponen estos 'robos', pero de una manera u otra deben compensarse, pues no se observan daños aparentes. Una hipótesis es que los adultos de la mosca pueden ayudar a la polinización de las flores de este tipo de droseras", apuntó Rojo.
Una de las especies de planta carnívora donde se hizo este estudio es una de las 'Top 10' de especies seleccionadas el año pasado de entre las descubiertas en todo el mundo, dijo Andreas Fleischmann, también coautor del trabajo.
rqm