Un nuevo estudio de la NASA sugirió que el océano bajo la superficie helada de la luna Europa, del planeta Júpiter, tendría el equilibrio necesario de energía química para que la vida pudiera existir.

La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) explicó en su sitio de Internet que este fenómeno se podría dar, inclusive, sin actividad hidrotermal volcánica.

La NASA indicó que tiene certeza de que Europa oculta un profundo océano de agua líquida salada debajo de su corteza helada.

La respuesta puede depender si el satélite cuenta con entornos en los que los productos químicos se cotejan en las proporciones adecuadas, para nutrir los procesos biológicos.

El hallazgo lo hicieron científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, tras comparar el potencial de Europa para producir hidrógeno y oxígeno con la Tierra, por medio de un proceso que no implica, de forma directa, el vulcanismo.

El equilibrio entre ambos elementos es un indicador clave de la energía disponible para la vida, además el estudio reveló que las cantidades serían comparables en escalas, pues en ambos mundos la producción de oxígeno es de manera aproximada 10 veces mayor a la del hidrógeno.

De acuerdo con el autor principal del estudio, Steve Vance, el proyecto llama la atención sobre las formas del interior rocoso de Europa que puede ser mucho más complejo, así como su parecido con la Tierra.

"Estamos estudiando un océano extraterrestre utilizando métodos desarrollados para comprender el movimiento de la energía y los nutrientes en los sistemas propios de la Tierra”, mencionó Vance.

“El ciclo del oxígeno y el hidrógeno en el océano de Europa sería un factor importante para la química de ese océano y toda la vida allí, tal como lo es en la Tierra", agregó el científico.

Además, los investigadores calcularon la cantidad de hidrógeno que se podría producir en el océano de Europa a medida que el agua de mar reacciona con la roca, en un proceso llamado serpentinización.

Durante dicho desarrollo, el agua se filtra en los espacios entre granos minerales y reacciona con la roca para formar nuevos minerales (liberar hidrógeno).

Los científicos examinaron cómo se abrirían las grietas en el fondo marino de Europa, mientras el interior rocoso de la luna continúa enfriándose tras miles de millones de años de formación.

Nuevas grietas muestran roca fresca al agua de mar, donde más reacciones que producen hidrógeno pueden tener lugar.

El organismo espacial estadounidense mencionó que en la corteza oceánica de la Tierra se cree que este tipo de fracturas penetra a una profundidad de cinco a seis kilómetros.

Mientras que en la actual Europa, los investigadores esperan que el agua pueda llegar a una profundidad de 25 kilómetros en el interior rocoso, para generar dichas reacciones químicas vitales a lo largo de una fracción más profunda de fondo marino.

También, los científicos estudian los oxidantes como el oxígeno y otros compuestos que puedan reaccionar con el hidrógeno, sometidos a ciclos en el océano de Europa desde la superficie helada.

"Los oxidantes del hielo son como el terminal positivo de la batería, y los productos químicos desde el fondo del mar, llamados reductores, son como el terminal negativo”, explicó el coautor del estudio, Kevin Hand.

“Sea o no la vida y los procesos biológicos lo que completa el circuito es parte de lo que motiva nuestra exploración de Europa", manifestó.

Otro de los puntos que consideraron los especialistas es la posible actividad volcánica del satélite, así como fuentes hidrotermales, donde el agua caliente cargada de minerales emanaría del fondo del mar.

kal

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