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Unas explosiones estelares que llegaron hasta la Tierra, incluidas varias supernovas hace millones de años, pueden haber influido en la evolución del planeta, según dos estudios de Australia y Alemania publicados en la revista Nature.
Algunas deflagraciones cósmicas coinciden con cambios ocurridos en la temperatura y la fauna de la Tierra, lo que sugiere una relación con las supernovas -explosiones de estrellas masivas-, indicó este jueves la Universidad Nacional Australiana en un comunicado.
"Es una coincidencia interesante que ellas correspondan con el período en que la Tierra se enfrió y pasó de la era del Plioceno al Pleistoceno", dijo el autor de uno de los estudios, Anton Wallner, profesor del Departamento de Física Nuclear de la universidad australiana.
El estudio de Wallner y otro dirigido por el alemán Dieter Breitschwerdt se centran en análisis del hierro-60, un isótopo radioactivo que se produce en la fase terminal de una estrella y lanza no sólo materia sólida en la forma de hierro sino también otros elementos, además de rayos cósmicos.
Wallner, junto con colegas en Europa, Japón e Israel, analizaron las partículas de hierro-60 incrustadas a 5 kilómetros de profundidad en la corteza terrestre y en sedimentos del piso oceánico de los océanos Pacífico, Atlántico e Índico.
La presencia de hierro-60 en los principales océanos llevó a asumir a los científicos que existe una distribución uniforme global y por ello descartaron que se deben a un impacto aislado, como por ejemplo el de un meteorito.
Los análisis de las partículas de hierro-60 indican que provienen de supernovas ocurridas entre 3,2 y 1,7 millones de años, además de una de unos 8 millones de años.
Ésta última coincide con los cambios globales ocurridos en la fauna durante el Mioceno tardío.
Los científicos sugieren que los rayos cósmicos que provienen de las supernovas podrían haber aumentado la cantidad de nubes provocando un descenso de la temperatura en el planeta.
Según el estudio, las supernovas se registraron a unos 300 años luz de distancia, lo que fue lo suficientemente visible durante el día y su luminosidad se compara a la de la Luna.
Pero el bombardeo de rayos cósmicos al que estuvo expuesto la Tierra no fue lo suficientemente intenso en radiaciones para causar un daño biológico o desencadenar una extinción masiva de la vida.
Un segundo estudio de un grupo de investigadores alemanes liderados por Breitschwerdt utilizaron modelos informáticos para delinear la travesía de las partículas de hierro-60 de la Burbuja Local, una región de gas caliente en la Vía Láctea, hacia la corteza submarina de la Tierra.
Según los científicos alemanes, las supernovas ocurrieron a distancias de 294 a 327 años luz del Sol y la más cercana, 9.2 veces más grande que la masa solar, ocurrió hace 2.3 millones de años, informó la cadena australiana ABC.
kal