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Científicos chinos han desentrañado la estructura molecular de la proteína NS1 del virus Zika, un descubrimiento que puede ser útil para desarrollar nuevos métodos de diagnóstico y antivirales, según publica este lunes la revista Nature Structural & Molecular Biology.
A partir de una técnica conocida como cristalografía de rayos X, investigadores de la Academia China de las Ciencias ofrecen en su trabajo una visión a nivel atómico de una de las proteínas que juegan un papel clave en la patogénesis de la enfermedad que provoca el Zika.
El virus, transmitido por mosquitos, ha causado una epidemia en Sudamérica y, a pesar de que la infección provoca síntomas leves en el receptor, ha sido ligada casos de microcefalia en recién nacidos.
También parece estar relacionada con una enfermedad autoinmune, el síndrome de Guillain-Barré.
Esas dos complicaciones han llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar el Zika como una emergencia pública sanitaria.
El Zika ha sido clasificado como un flavivirus, un agente infeccioso cuyo material genético reside en una única cadena de ARN de polaridad positiva, relacionado con el dengue y el llamado virus del Nilo Oriental.
George Gao y su grupo de investigadores han determinado que la proteína NS1 del Zika es similar a otras proteínas que se encuentran en esos virus.
Los científicos han llegado a esa conclusión tras estudiar un fragmento de la NS1 de una cepa del Zika aislada en Brasil en 2015.
La diferencia entre ese componente del Zika y los del dengue y el virus del Nilo Oriental radica en la distinta distribución de las cargas eléctricas (positiva o negativa) en su superficie.
Esos cambios pueden afectar a la forma en que el patógeno interacciona con el receptor, según los investigadores, que creen que la proteína puede servir para mejorar el diagnóstico y proponen que se investigue si puede ser utilizada como objetivo para medicamentos antivirales.
Los investigadores y los agentes que han financiado el trabajo han acordado que el estudio sea de libre acceso para la comunidad científica para "asegurarse de que la respuesta global a una emergencia de salud pública cuenta con la mejor información disponible", señala Nature.
kal