El caso del controvertido cirujano Paolo Macchiarini, adscrito al Instituto Karolinska de Estocolmo, ha obligado al principal centro médico sueco a abrir una investigación y provocado ya la renuncia del secretario del comité del Nobel de Medicina, además de críticas de la comunidad científica.

Urban Lendahl, secretario también de la asamblea que elige ese premio y miembro de la Fundación Nobel, dimitió ayer de sus cargos al considerar que se iba a ver afectado por la investigación, ya que él fue uno de los que recomendó en 2010 la contratación del italiano Macchiarini, un especialista en medicina regenerativa.

El cirujano venía avalado, entre otros méritos, por haber dirigido en noviembre de 2008 en el Hospital Clínico de Barcelona el primer trasplante de tráquea del mundo, en el que la paciente además no necesitó tomar inmunosupresores para evitar el rechazo.

En el Karolinska, y luego en EU y en Rusia, realizó los primeros implantes de tráquea sintética en 2011, aunque detuvo las operaciones dos años después por la muerte de varios de los pacientes intervenidos.

La denuncia en el verano de 2014 de varios médicos del Karolinska, que acusaron a Macchiarini de usar en un artículo publicado en una revista científica datos que no se correspondían con los registros de los pacientes, motivó la apertura de un primer expediente del instituto.

Pero pese a que un investigador externo concluyó que se trataba de un fraude, la dirección del Karolinska admitió solo algunos errores y decidió renovarle su contrato hasta finales de 2016.

El "caso Macchiarini" tomó nuevo vida hace unas semanas, cuando una serie de reportajes de la televisión pública sueca SVT revelaron que no se habían hecho ensayos previos en animales con las tráqueas sintéticas, que el cirujano sabía de defectos del material y que algunos pacientes no habían sido debidamente informados de los riesgos de la operación.

Las críticas provocaron que el Karolinska decidiera la semana pasada abrir una nueva investigación externa y anunciara que no renovaría el contrato a Macchiarini, aunque reafirmó su confianza en el rector del centro, Anders Hamsten.

Pero la salida de Lendahl no ha frenado la exigencia de que más personas asuman responsabilidades.

"Dado que tantas personas están involucradas y han actuado de forma errónea, habría que tomar medidas radicales. Toda la dirección del Instituto Karolinska debería dimitir", dijo anoche a SVT el profesor sueco Arvid Carlsson, que compartió en 2000 el Nobel de Medicina con los estadounidenses Paul Greengard y Eric Kandel.

Carlsson criticó que el centro no hiciera caso en su momento de la primera investigación y advirtió de las consecuencias negativas que puede tener para el prestigio de este premio Nobel.

El Karolinska como tal no elige a los ganadores del Nobel de Medicina, pero lo hace una asamblea formada por 50 investigadores vinculados a él y el fallo se hace público en el salón de actos del centro.

"Es un escándalo sin igual. Esto es lo peor que ha ocurrido en la historia del premio de Medicina, y casi diría que en toda la historia de los Nobel", afirmó Carlsson.

La propia Fundación Nobel ha admitido los "errores" cometidos en el caso, que además han "dañado" la reputación del centro.

"Aunque la asamblea del Nobel es independiente del Instituto Karolinska, el caso podría afectar la forma en que se percibe el premio. Cada aspecto relevante en el caso Macchiarini necesita ahora ser investigado de forma rápida y resolutiva", señaló en un comunicado el director de la fundación, Lars Heikensten.

kal

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses