Más Información
Felipe Calderón y Margarita Zavala festejan Navidad con sus hijos; “les mandamos nuestros mejores deseos”, expresan
Adriana Malvido invita a unirse al nuevo movimiento ambiental ABC/MX; convoca a la juventud para enfrentar la crisis climática
José Ramón López Beltrán y su familia agradecen apoyo con foto navideña; “nos sentimos muy afortunados”, dicen
Claudia Sheinbaum y Jesús Tarriba envían mensaje a mexicanos; “gracias por lo que hacen por sus familias y por México”
Decomisan arsenal, granadas y equipo táctico en Pantelhó, Chiapas; catean rancho tras enfrentamiento
La capacidad que tiene tu computadora para archivar una gran cantidad de documentos o que tu reproductor pueda guardar toda la música que te gusta, se debe al descubrimiento de la magnetorresistencia gigante (GMR ) y al francés Albert Fert, Premio Nobel de Física 2007.
En la conferencia “De la ciencia fundamental a la innovación tecnológica” que impartió el galardonado y profesor extraordinario de la UNAM en la Faculta de Ciencias, abundó sobre el descubrimiento que lo llevo a obtener el Nobel, así como el avance de las nuevas tecnologías.
Gracias al descubrimiento de la magnetorresistencia gigante se ha logrado que dispositivos como discos duros logren almacenar una mayor cantidad de información e incluso, se ha visto aplicación en la industria automotriz, pero ¿qué hubo antes del hallazgo del GMR? Imaginación.
De acuerdo con Albert Fert, la innovación más importante se da en la física fundamental y en la ciencia, que logran abrirnos ventanas hacia un mejor entendimiento de los fenómenos a nanoescalas, “la vida desde el electrodo”.
Esto “nos ha llevado a nuevas ideas que pueden ser posibles si utilizamos la imaginación” y después a la práctica en un dispositivo que es innovador.
En este caso, el GMR logró el desarrollo de dispositivos de gran capacidad de almacenamiento, así como su aplicación en la medicina para detectar concentraciones de un tipo de moléculas o cáncer en etapas tempranas.
El descubrimiento también ha llevado al desarrollo de las nuevas computadoras que son más eficientes, de menor tamaño, con menor consumo energético e incluso que imiten al cerebro.
“Las computadora emulan la plasticidad de nuestro cerebro, pero nuestro cerebro es una computadora mejor que la que los humanos crean”.
Esta idea de la computación y los humanos en un acto de “fusión” atemoriza un poco al doctor y señala que su rama de investigación no sigue esa camino, no busca fundir al humano y a la máquina, sino que sus “objetivos son más modestos: reducir el consumo energético”.
De acuerdo con el Nobel, en unos 10 años podremos observar a la nueva computadora más veloz, más pequeña y con menor emisiones de CO2.
kal