La Antártida almacenó gran cantidad de CO2 durante la Edad de Hielo, cuando los niveles de CO2 atmosférico eran muy bajos, según ha demostrado una investigación en la que ha participado el Instituto de Ciencias y Tecnologías Ambientales de Barcelona (noreste de España).

La investigación, que publica este miércoles la revista Nature, también alerta de los elevados niveles de incremento de las concentraciones de CO2 en la actualidad, que no tienen parangón en el pasado.

Hace 20 mil años, cuando los humanos eran cazadores nómadas y recolectores, las bajas concentraciones de CO2 en la atmósfera sumieron la Tierra en la Edad de Hielo.

Durante décadas de investigación, los motivos por los que el CO2 fue tan bajo durante este periodo han sido muy difíciles de descifrar.

Ahora, esta nueva investigación, en la que ha participado el investigador del ICTA-UAB Eric Galbraith, muestra que buena parte de la respuesta se encuentra en las profundidades del mundo marino.

Las muestras de sedimentos del fondo marino, obtenidas a más de 3 kilómetros bajo la superficie del océano cerca de la Antártida, apoyan la antigua hipótesis que apuntaba a la existencia de más CO2 disuelto en el fondo del océano Austral cuando los niveles de CO2 eran muy bajos en la atmósfera.

"La huella química dejada en los sedimentos es la evidencia largamente buscada de que había grandes depósitos de carbono en el fondo del océano cuando el CO2 atmosférico era inferior", según explicó el científico Sam Jaccard, investigador de la Universidad de Berna y autor principal del estudio.

Los investigadores saben ahora que este carbono adicional quedó atrapado en las profundidades marinas por la materia orgánica muerta acumulada, tal como habían sospechado durante mucho tiempo.

El trabajo asegura que "ha quedado claro que esta acumulación y emisión de CO2 almacenado en el fondo del mar durante la Edad de Hielo fue provocada por lo que estaba sucediendo en el océano alrededor de la Antártida".

El nuevo estudio también muestra que estos mismos procesos se encuentran detrás de una serie de oscilaciones naturales en las concentraciones atmosféricas de CO2.

Los investigadores consideran que estas oscilaciones naturales probablemente estuvieron causadas por cambios en la cantidad de polvo depositado sobre la superficie oceánica, que fertiliza el crecimiento del fitoplancton, así como por los cambios en la emisión del carbono desde el fondo marino debido la variación de las corrientes marinas.

Galbraith afirmó que, mientras que estas oscilaciones naturales se produjeron en los océanos a lo largo de miles de años, las concentraciones atmosféricas de CO2 han crecido en 20 partes por millón en tan sólo 9 años debido a las emisiones humanas.

"Los niveles actuales de incremento del CO2 son tan rápidos que resulta muy difícil compararlos con las variaciones naturales", alertó Galbraith, quien afirmó que "estamos entrando en un territorio para el que no tenemos un buen análogo climático en el pasado".

kal

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