Los cuatro países más empobrecidos de América Central sufren una dramática situación por los efectos del fenómeno meteorológico de El Niño, que se añaden a la problemática de violencia y pobreza que vive esa región, alertó este jueves un alto funcionario de la ONU.

En una conferencia en la sede de la ONU, John Ging, director de operaciones para la Oficina de la ONU de Asuntos Humanitarios (OCHA), explicó que unos 4.5 millones de personas han sido directamente afectados por El Niño en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

“Estos países son sometidos a lluvias torrenciales que causan una situación muy dramática y debemos llamar la atención porque este fenómeno se añade a otros que han generado la enorme migración que experimenta la región”, indicó Ging.

El Niño, un fenómeno climatológico que ocurre una vez cada varios años cuando una masa de agua caliente se forma en el océano Pacífico, altera los patrones de lluvia de docenas de países en América Latina, Australia, Asia y África.

La Organización Meteorológica Mundial precisó que el efecto mayor de El Niño ya ha pasado pero, tal como explicó Ging, los efectos de este fenómeno duran muchos más que los trastornos climáticos que genera.

El fenómeno provoca “efectos que van a durar más que El Niño es sí mismo, porque las cosechas malogradas significa que habrá un legado”, puntualizó Ging.

Asentó que en El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras existen millones de personas que viven en pobreza y en pobreza extrema, y que la desnutrición crónica afecta a cerca de la mitad de la población de zonas rurales en esos países.

Esas personas “no cuentan con mecanismos para enfrentar el colapso de sus cosechas por las sequías, por lo que dependen directamente de la asistencia externa”, lo que provoca una situación de extrema vulnerabilidad.

El funcionario de la ONU subrayó que los trastornos en el clima de Centroamérica se añaden a los retos que enfrenta una población empobrecida y con uno de los más altos índices de violencia en el mundo.

Tales condiciones, a su vez, sirven para alimentar el enorme flujo de refugiados, en especial de niños, que se exilian de sus países con la intención de arribar a Estados Unidos.

Ging afirmó que la ONU aún estudia el efecto de El Niño en los flujos migratorios de la región, aunque precisó que “vemos un escalamiento rápido en esa tendencia”, debido a la ausencia de mecanismos para que la población afectada por el fenómeno pueda sostenerse.

Por su parte, en una sesión en la Asamblea General de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aseguró que muchos países de la región “están lidiando con mayúsculos movimientos de población y una creciente crisis de refugiados”.

“Las mujeres y los niños sin compañía a veces se aventuran miles de kilómetros para encontrar seguridad de la violencia, de la criminalidad y de la abyecta pobreza”, resaltó Ban.

El titular de la ONU consideró que es preciso ofrecer una “respuesta global” a esos flujos de población, por lo que instó a los miembros de la CELAC a participar en la Cumbre sobre Refugiados y Migrantes que tendrá lugar el 19 de septiembre en la sede de la ONU.

kal

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