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La atmósfera de nuestro planeta no deja de sorprender. Muestra de ello es Jonás, la tormenta que acaba de causar una de las más intensas nevadas de los últimos tiempos en la costa este de Estados Unidos, con ráfagas de viento de más de 80 km/h, que afectaron a 90 millones de personas.
Las tormentas pueden estar asociadas a fenómenos atmosféricos que traen nubes y humedad a un sitio, generan lluvia, granizo, nieve o descargas eléctricas. En cada momento puede haber a la vez casi 2 mil tormentas de diferentes tipos en el planeta.
Si estos fenómenos nos impresionan, ¿cómo será la mayor tormenta conocida hasta hoy? Se trata de una tan grande que podría abarcar a la Tierra y que lleva al menos 400 años azotando al planeta más grande del Sistema Solar: Júpiter.
Solo los vientos son casi 10 veces más potentes que los de Jonás. El colosal remolino, conocido como la Gran Mancha Roja, debe su nombre al color que lo caracteriza. Se investiga cómo el amoníaco, el hidrosulfuro de amonio y el agua de las capas altas de la atmósfera joviana reaccionan para producir este color, y si, en efecto, se debe a estos compuestos.
Entender cómo se formó esta característica cicatriz en un planeta mil veces más grande que el nuestro no es fácil. Júpiter es un gigante gaseoso compuesto principalmente de hidrógeno y helio. Es un cuerpo con una inmensa atmósfera, pero su “suelo”, su núcleo sólido, es muy pequeño comparado con el tamaño del planeta.
Es probable que los rayos cósmicos y la radiación ultravioleta del Sol que golpean a Júpiter jueguen un papel importante, y es por eso que en laboratorios terrestres se hacen experimentos para entender el proceso y llegar al tono rojizo de la mancha. A la par se realizan simulaciones que permitan entender su movimiento y sus cambios.
Pero hasta un remolino de estas dimensiones podría desaparecer. Las observaciones muestran que su tamaño disminuye casi mil km por año, su forma ovalada es cada vez más circular y su color se vuelve pálido.
Quizás un día esta enorme mancha roja desaparezca y no haya sido más que un fenómeno aislado en la historia de Júpiter. Mientras sucede, apreciemos con un telescopio aficionado esa tormenta, la más grande conocida hasta ahora.
kal