Si desapareciera la Luna...

Pablo Santos Sanz, investigador del Departamento del Sistema Solar en el Instituto de Astrofísica de Andalucía-CSIC, España, afirmó para el portal El País, qué pasaría si un día la Luna desapareciera o nunca hubiera existido.

En el caso en que la Luna se "fugara", la fuerza de las mareas -provocada por la atracción gravitatoria de la Luna- se perdería, lo que haría que el nivel del mar en las costas aumentara y el agua se redistribuyera hacia los polos. Sin corrientes que muevan y limpien, el agua del planeta se estancaría y eso resultaría en la pérdida de la mayoría de las flora y fauna marina.

La gravitación lunar hace que la inclinación fija del eje de rotación de la Tierra se mantenga en 23 grados con respecto al plano de su órbita. Sin la Luna, el eje de rotación se desestabilizaría, lo que generaría veranos con temperaturas de más de 100 grados e inviernos a 80 grados bajo cero, con modificaciones drásticas en la vida animal y vegetal.

Sin un eje de rotación, una parte de la Tierra vería siempre hacia el Sol, mientras que en la otra reinaría la oscuridad. Por esta diferencia de temperaturas, vientos de una velocidad de más de 300 kilómetros por hora azotarían la superficie del planeta.

Por las temperaturas extremas anteriores, la vida en la Tierra se extinguiría por completo salvo en el ecuador, la parte intermedia entre ambas zonas, donde la temperatura apenas podría mantener un equilibrio que permitiera a muy pocas especies sobrevivir.

Si la Luna nunca hubiera existido…

Sin mareas que permitieran al océano primitivo mezclar y friccionar sustancias para generar vida, posiblemente esta última nunca se hubiera desarrollado, o bien, con mareas débiles, hubiera tardado cientos de millones de años más en hacerlo.

Debido al aumento de la velocidad de rotación de la Tierra, los vientos se producirían en la atmósfera y alcanzarían velocidades de alrededor de 160 o 200 kilómetros por hora.

La inestabilidad de la inclinación del eje de rotación terrestre derivaría en variaciones extremas de temperatura y provocaría un clima radicalmente diferente al que conocemos.

Finalmente, debido a todo lo anterior, el medio ambiente terrestre cambiaría la anatomía de sus pobladores y las leyes de la ciencia serían muy distintas a las que conocemos.

adm

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