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Un profesor de la Universidad de Texas (EU) galardonado con el Nobel de Física en 1979 anunció que no permitirá a sus estudiantes asistir armados a clase, tal y como lo prevé una polémica ley que entrará en vigor el próximo curso.
La negativa de Steven Weinberg, de 82 años, a acatar la ley, expresada este lunes en un Consejo de la Facultad, ha suscitado apoyos de colegas, padres de alumnos e incluso de trabajadores del restaurante de la Universidad, pero también la reacción de los congresistas que promovieron la iniciativa.
"Mi preocupación es la seguridad, más que cualquier otra cosa", dijo Weinberg, actualmente el único Nobel que la Universidad de Texas tiene en plantilla.
Esta controvertida ley fue aprobada hace unos meses en las dos cámaras legislativas de Texas, controladas ambas por los republicanos, dentro de un conjunto de medidas desreguladoras que también incluyen el libre porte de armas en la vía pública.
La Universidad de Texas, pública y una de las más grandes y prestigiosas del país, es la principal afectada por la norma ya que las instituciones privadas pueden optar por no implementar la norma, y en su mayoría ya la han rechazado.
En diciembre, un comité recomendó al presidente de la Universidad de Texas, Gregory Fenves, mantener las residencias estudiantiles, eventos deportivos y algunos laboratorios científicos como zonas libres de armas, pero no las clases.
El presidente de ese comité y profesor de Derecho, Steven Goode, dijo que tras estudiarlo, concluyeron que prohibir las armas en las clases viola la ley.
Así también lo afirmó Ken Paxton, procurador general de Texas y máxima autoridad legal del estado. El senador Brian Birdwell, promotor de la norma, dijo por su parte que prohibir las armas en las clases iría contra el espíritu de la ley, que paradójicamente busca proteger a los universitarios de posibles tiroteos.
Sin citar a Weinberg, un comité del Senado de Texas preguntó hoy a la Universidad cómo piensa lidiar con los profesores que no acaten la ley: "Tienen derecho a llevar armas, espero que no se les trate diferente al resto de estudiantes", dijo la congresista republicana Joan Huffman.
Weinberg, por su parte, dijo que se mantendrá firme en su decisión pese a que reciba una demanda de algún estudiante o del estado, aunque también amenazó con retirarse si finalmente le obligan a aceptar armas en sus clases.
Además, alertó a la Universidad de dificultades futuras para atraer a estudiantes o profesorado: "Hay una galaxia de universidades fantásticas en la costa este y en California. Estamos lejos de esa concentración de talento y no hay nada que podamos hacer al respecto, pero si a esa desventaja le añadimos armas en las clases, será doblemente difícil que vengan".
Irónicamente, la nueva normativa entrará en vigor en el 50 aniversario del día más triste de la historia de la Universidad: una matanza protagonizada por un estudiante que dejó 14 muertos y una treintena de heridos en el campus de Austin.
kal