Los neutrinos son importantes porque nuestra existencia y el Universo como lo conocemos dependen, en gran medida, de sus propiedades, según el canadiense Arthur McDonald, ganador este año del Nobel de Física por sus descubrimientos sobre esa misteriosa partícula subatómica.
McDonald recibirá mañana el galardón junto al japonés Takkaki Kajita, por comprobar, en experimentos separados, que los neutrinos oscilan, es decir, que son una especie de camaleones capaces de cambiar de identidad mientras viajan por el espacio.
Y para poder hacerlo, los neutrinos tienen que tener masa, aunque hasta ahora los científicos lo consideraban imposible, por lo que este descubrimiento reta al modelo estándar de la física de partículas.
Director del Observatorio de Neutrinos de Sudbury (SNO) en Canadá, McDonald sigue a sus 73 años realizando tareas de investigación y dice, en una entrevista, que siempre ha estado "fascinado por extender las leyes de la física al nivel fundamental" de la materia.
Aunque mucha gente nunca ha oído hablar de un neutrino y aún menos de sus propiedades, McDonald asegura que a todos nos debería importar mucho que tengan masa.
Y es que "la existencia dependen de las propiedades de los neutrinos. El desarrollo de las estructuras del Universo temprano se vio afectado por la gran cantidad de neutrinos que produjo el Big Bang, además influyeron en cómo la materia se unió para formar estrellas, galaxias y las cosas de las que estamos hechos".
Pero no solo la estructura fundamental del Universo "depende en gran medida de los neutrinos", sino que sus propiedades sirven para "probar de manera muy precisa cómo arde el Sol", a través de una reacción de fusión, que está siendo explorada para "crear una nueva forma de energía basada en la fusión nuclear en la Tierra".
El nobel está acostumbrado a trabajar en el mundo subatómico, donde las cosas que observa con sus mediciones "están fuera de la experiencia humana normal", asegura.
Un mundo donde los neutrinos atraviesan el cuerpo humano sin sentirlos, una partícula está en dos sitios en el mismo momento y donde el famoso gato de Schrödinger puede estar vivo y muerto a la vez. Por eso reflexiona un momento y luego se ríe cuando se le pregunta si se siente como "Alicia en el país de las maravillas".
Hay tres tipos de neutrinos -electrónicos, muones y tau-. En el SNO descubrieron que de los 60 mil millones por centímetro cuadrado que llegan cada segundo a la Tierra desde el Sol, solo un tercio eran electrónicos -los únicos que se originan en esa estrella- por lo que el resto tenía que cambiar de identidad por el camino.
Y aunque "parezca raro" -reconoce- para estudiar unas partículas que se generan en el Sol, todo su equipo tuvo que bajar dos kilómetros bajo tierra a unas instalaciones donde la llegada de los neutrinos era observada por 9 mil 500 detectores de luz en un tanque lleno de mil toneladas de agua pesada.
Mirar bajo tierra para descubrir lo que pasa en el cielo es "el tipo de creatividad que debes tener para lograr lo que quieres conseguir", defiende el nobel.
McDonald defiende con pasión la ciencia básica con la que "intentas entender todo lo que puedes, porque luego se puede aplicar de manera muy amplia para lograr beneficios para la Humanidad".
Ahora, el canadiense está "muy interesado" en lograr observar las partículas de la materia oscura, que se cree que suponen un cuarto de la masa del Universo observable, pero aún nadie las ha detectado.
En el SNO existen cuatro o cinco experimentos a gran escala con ese objetivo y McDonadl está "personalmente involucrado" en uno que se realizará en un gran contenedor lleno de argón líquido y que se pondrá en marcha en los próximo meses. "Este un momento, de nuevo, muy excitante", aseguró.
kal