El Organismo Internacional de Energía Atómica (OEIA) aseguró este viernes que los niveles de radiactividad en aguas marinas cercanas a la accidentada planta de Fukushima son "muy bajos" y destacó la fiabilidad de las mediciones realizadas por Japón, así lo afirmaron los responsables de un informe de la OIEA destinado a evaluar la calidad de los análisis de radiactividad llevados a cabo por laboratorios nipones y por la propia operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), y que fue presentado en Tokio.

"Para los radioisótopos que hemos analizado, los niveles de radiactividad son muy bajos", señaló uno de los expertos autores del informe, David Osborn, al presentar las conclusiones de la OIEA en rueda de prensa.

El estudio se basa en los datos sobre los niveles de estroncio-90, cesio-137 y cesio-139 en muestras de agua y en sedimentos marinos, recogidas en diversos puntos de la costa del Océano Pacífico frente a la central de Fukushima Daiichi.

Aunque la presencia de estos radioisótopos en los puntos analizados era "ligeramente elevada", los niveles de radiactividad estaban "muy por debajo" de la radiactividad originada por radioisótopos naturales, señaló Osborn.

El experto explicó que se trata de radioisótopos antropogénicos, es decir, producto de la actividad humana, y en este caso emanados de la planta nuclear tras el accidente causado por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011.

"En el medio marino también pueden hallarse otros radioisótopos de origen natural, como el uranio o el polonio", recordó Osborn.

No obstante, matizó que el principal objetivo del estudio no "era evaluar el impacto radiológico" de la catástrofe de Fukushima, sino "garantizar la precisión de los datos recogidos" por laboratorios nipones y por la operadora de la planta.

"En este sentido, podemos garantizar que los datos son muy precisos", recalcó Osborn.

La OIEA comparó las mediciones realizadas por una decena de laboratorios nipones con las de otros 15 centros internacionales, y no halló un margen de diferencia "significativo", añadió.

El experto del organismo con sede en Viena también elogió la labor del Gobierno nipón y de la operadora de la planta, de los que dijo que han sido "proactivos y transparentes" a la hora de proveer datos sobre los niveles de radiactividad.

La próxima semana, otro equipo de la OIEA comenzará a analizar las mediciones de radiactividad en productos pesqueros nipones, con el objetivo de publicar un informe similar en febrero de 2016.

El accidente en la central de Fukushima ha sido el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986, y sus emisiones y vertidos aún mantienen evacuadas a unas 70.000 personas y han afectado gravemente a la pesca, la agricultura y la ganadería locales.

kal

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