Las manos humanas habrían cambiado su forma a través del tiempo para ser más efectivas al momento de dar puñetazos, según establecieron científicos de la Universidad de Utah tras probar sus teorías con brazos de personas fallecidas.

Los humanos tienen palmas y dedos más pequeños que los simios, pero a su vez manejan pulgares más fuertes y prolongados, lo que según los biólogos autores de la investigación no sólo fue una evolución natural para mejorar la destreza de las manos para fabricar herramientas y manipular materiales, sino también para poder formar un puño con el que se hace más fácil golpear.

El equipo científico, liderado por el profesor David Carrier, puso a prueba esta hipótesis con los brazos de nueve cadáveres humanos masculinos, con los que realizaron cientos de pruebas de distintos tipos de golpes, cuyos resultados terminaron en un estudio que publica el Journal of Experimental Biology.

"Pusimos a prueba la hipótesis de que un puño cerrado protege a los huesos metacarpianos de sufrir lesiones, al reducir el nivel de tensión durante el ataque", afirmó Carrier sobre la investigación.

"Nuestros resultados sugieren que los humanos pueden dar golpes de forma segura con un 55% más de fuerza al usar un puño cerrado en vez de un puño no reforzado, y con dos veces más fuerza usando el puño cerrado en vez que usar la palma de la mano abierta", añadió el especialista.

Carrier afirma que los homínidos primitivos, como el caso del Australopithecus, tienen rostros toscos y robustos reforzados con huesos muy duros que les permitían resistir de mejor forma los golpes de puño. A medida que los humanos evolucionaron, solucionando sus diferencias de otras formas que no fuesen puñetazos, los rostros humanos se tornaron más delicados, tal como los conocemos hoy.

"La idea de que el comportamiento agresivo jugó un rol en la evolución de las manos de los humanos es controversial", afirmó Carrier.

"Muchos escépticos sugieren que el puño humano es una simple coincidencia de la selección natural para mejorar las destrezas manuales", agregó el investigador, quien afirma que existe evidencia prehistórica de que los puños fueron usados para golpear en muchas culturas humanas y que la agresión jugó un rol clave en nuestra evolución.

kal

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