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El astronauta de padres mexicanos, José Hernández, fue homenajeado este lunes en una plaza de la zona conurbada de Toluca, Estado de México, donde fue develada una estatua en su honor, por ser un gran ejemplo de superación y valores.
La iniciativa corrió a cargo del Consejo Decide Valores A.C, y quedó instalada en la Plaza de los Grandes Valores, la primera de las 31 plazas que se instaurarán en todo el país.
La plaza, explicaron los promotores, tiene el mismo propósito que la abierta en 2002 en el Distrito Federal: promover y difundir la importancia de hacer de los grandes principios un estilo de vida en esta nación, principios que han regido la vida de Hernández.
José Hernández, de familia humilde, tenía nueve años cuando recolectaba frutas y verduras en Stockton, California, y pensó que algún día le gustaría viajar al espacio, sueño que cumplió 38 años después, el 28 de agosto de 2009, cuando despegó en el cohete del transbordador Discovery en la misión STS-128, acompañado por seis astronautas más, en una misión a la estación espacial internacional.
Para cumplir su sueño, Hernández se graduó como ingeniero en la Universidad de California en Santa Bárbara, y en los años 90 contribuyó, en Livermore National Laboratory, con la creación de una nueva tecnología para la detección temprana del cáncer.
En 2004 fue seleccionado por la NASA en el grupo 19 para actividades espaciales. En 2006 obtuvo un doctorado honoris causa por la Universidad del Pacífico.
El doctor Hernández, destaca la información, además ha desplegado una incansable e intensa labor mediante su fundación “José Hernández, Alcanzando las Estrellas”, donde ofrece a los niños más necesitados la oportunidad de estudiar y graduarse en una profesión.
La escultura de Hernández, donada por el escultor Alberto García Nava, fue hecha con miles de llaves que los mexicanos ofrecieron para la pieza, que es símbolo del enorme poder que los grandes valores deben tener en una verdadera educación de calidad para la transformación de México.
kal
