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La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) desarrolló un proyecto para convertir la energía eólica en electricidad e hidrógeno a través de las corrientes de aire de los desniveles topográficos de la región, informó la Agencia Informativa del Conacyt.
El equipo transforma la velocidad del viento en rotación para convertirse en energía eléctrica que se divide en dos partes, una se va a la planta de electrólisis de alta tecnología desarrollada en la UAQ, y la otra genera energía eléctrica para iluminar el edificio de la rectoría en el campus Centro Universitario.
“La universidad planteó una iniciativa de abordar el tema de las energías renovables y se hicieron varios proyectos, tanto patrocinados por la industria como el Fondo Mixto de Fomento a la Investigación Científica y Tecnológica (Fomix)”, dijo en una entrevista con la agencia el docente investigador de la Facultad de Ingeniería de la UAQ y responsable del proyecto, Juan Carlos Jáuregui Correa.
“Se nos hizo importante plantear una solución de generación de energía eólica en una región donde no hay viento. Entonces dijimos: ‘Vamos a construir una máquina que pueda operar estas condiciones’, y curiosamente, el viento que podemos obtener en zonas como Querétaro es donde hay cambios bruscos por la topografía”, añadió.
El hidrógeno que se produce se utiliza en la mejora de la combustión de los autobuses que ya habían sido adaptados y que forman parte del sistema de transporte de la universidad, indicó el investigador.
Uno de los objetivos del proyecto fue fabricar un sistema con todos los elementos de alta producción, por lo que se construyó una máquina de más 10 metros de diámetro, un eje horizontal con acrecentador de velocidad y un generador de nueva generación.
“No podíamos diseñar un sistema para resolver el problema de energía ya conocido, porque el objetivo era obtener conocimientos de vanguardia. Entonces la idea fue almacenar la energía convirtiéndola en hidrógeno y aprovecharlo como carburante de nueva generación”, explicó Jáuregui.
“El utilizar fuentes tradicionales de combustible para generar hidrógeno consume mucha energía, por lo que la mejor alternativa para producirlo de manera eficiente es con energías alternas; entonces ahí se juntaban muy bien lo eólico con la producción de hidrógeno”, agregó.
Para tener un sistema completo, el equipo de Jáuregui tiene que decidir si se requerirán baterías para almacenar la energía y si puede utilizarse en los horarios en lo que más lo requiere el edificio de rectoría.
El proyecto llevó dos años y medio para terminarse y fue un trabajo conjunto entre el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (Cideteq) y las áreas de Nanotecnología y Diseño Mecánico de la Facultad de Ingeniería de la UAQ.
kal