El incidente ocurrió el martes 11 de agosto en Killarney Point, Australia, cuando Michael Riggio y su amigo Ivan Iskenderian se percataron de cómo el cetáceo se les acercaba.

“Estaba justo encima de su labio… parecía que quería que se lo sacaran”, indicó Iskenderian al Daily Telegraph de Australia.

En un aparente gesto de agradecimiento, la ballena empezó a golpear su aleta contra el agua juguetonamente. Este gesto también quedó inmortalizado en un video publicado en el perfil de Facebook de Ron Kovacs, otro de los pescadores en el lugar.

“Fue una oportunidad única en la vida, el verlo de cerca”, destacó Riggio.

Un estudio realizado en el 2014 determinó que cada año se lanza a los océanos ocho millones de toneladas métricos de basura plástica.

El plástico demora alrededor de 400 años en degradarse. Mientras tanto, genera serios, y a veces mortales, problemas para la vida marina.

kal

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