Los efectos del cambio climático son resultado de varios agentes que participan en este fenómeno, uno de ellos es la radiación solar, que a lo largo de millones de años se modificó dando lugar a los periodos glaciales e interglaciares.

En un comunicado de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la investigadora del Instituto de Geología de la UNAM, María del Socorro Lozano García, indicó que la historia climática del planeta es una historia de enfriamiento.

“En el inicio de su formación su temperatura era muy alta pues estaba siendo bombardeado por cuerpos celestes, pero cuando esta fase terminó la Tierra entró en un proceso de enfriamiento y comenzó la eliminación de gases que contribuyeron a la formación de la atmósfera”, detalló.

La especialista dijo que hasta entonces, el Sol emitía menos radiación debido a que era una estrella joven, y aunque los primeros registros geológicos que hay sobre el planeta indican la existencia de agua en forma líquida, la Tierra no se congeló.

Refirió que en el pasado hubo un mayor efecto de tipo invernadero debido a una mayor concentración de gases en la atmósfera, y aunque ahora se hable de estos fenómenos como dañinos, la historia del planeta indica que favorecieron al desarrollo de la vida.

Al principio, dijo, la atmósfera careció de oxígeno pero lo adquirió luego con el desarrollo de la biosfera y se pasó de una atmósfera reductora a una oxidante.

Así, el Sol a medida que envejece emite más radiación y en la Tierra se van estableciendo los componentes del sistema climático: litósfera, atmósfera, biosfera, hidrósfera y criósfera -los hielos del planeta- y se desarrollan los mecanismos de retroalimentación positivos y negativos que controlan el clima terrestre.

La radiación solar que llega a la Tierra no es constante y sus variaciones dependen de la posición del planeta con respecto al Sol, la cual está condicionada por las fuerzas gravitacionales que otros cuerpos celestes ejercen, detalló.

Lozano García, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), indicó que la cantidad de radiación solar ha variado en los últimos miles de años.

“Estos cambios en la cantidad de radiación solar en escalas milenarias modificaron tanto las corrientes atmosféricas como las oceánicas. En general, la radiación solar juega un papel determinante en el comportamiento de la atmósfera y los océanos, indicó la especialista.

Por ejemplo, el máximo de radiación en México se alcanza en los meses de abril y mayo, pero existe un retraso en el calentamiento que se puede detectar en la temperatura de la superficie de mar y es hasta el verano cuando sobrepasa los 28 grados Celsius, situación que favorece en julio el desarrollo de tormentas tropicales y huracanes.

En México la científica registró datos paleo-climáticos de los últimos 90 mil años relacionándolos con los cambios en la insolación, y documentó las variaciones climáticas asociadas a los parámetros orbitales.

Para la Cuenca de México hay datos que señalan una correlación entre la disminución en la insolación de verano con una reducción en la temperatura entre -6 y -8°C. Hace 9 mil años se alcanzó la máxima insolación de verano para el hemisferio norte causando un incremento en la temperatura.

Ante estas variaciones climáticas la respuesta de las especies es la migración o la extinción, pues durante estos periodos fríos los organismos en la región montañosa de México migraron a menores altitudes, agregó la científica.

kal

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