La capa de ozono ha disminuido menos de lo pronosticado gracias al protocolo internacional de Montreal acordado en 1987, según un estudio publicado por la revista científica británica Nature.
Desde que ese protocolo entró en vigor, restringió el uso de elementos con altas concentraciones en cloro, bromo y otras sustancias perjudiciales para la capa de ozono, lo que ha provocado que ésta se preserve mejor y se ralentice el cambio climático.
El Protocolo de Montreal es un tratado internacional que entró en vigor en 1989 y que fue diseñado para proteger la capa de ozono al reducir la producción y el consumo de numerosas sustancias que son responsables de su desgaste.
El equipo de investigadores, liderado por el profesor Martyn Chipperfield, de la universidad inglesa de Leeds, utilizó un modelo puntero de química atmosférica para descubrir cómo ha afectado el protocolo de Montreal a la capa de ozono.
Los investigadores estimaron mediante este modelo que los agujeros de la capa de ozono podrían haber crecido un 40 % más hasta el año 2013 de no haberse acordado el tratado.
Los efectos para la salud son "difíciles" de cuantificar pero el estudio estima que se ha incrementado la cantidad de ozono en la estratosfera, lo que ha podido reducir los casos de cáncer de piel y preservar las temperaturas de la atmósfera.
El profesor Chipperfield afirmó que su investigación "confirma la importancia del protocolo de Montreal y muestra que gracias a éste se han obtenido beneficios" en lo que a la conservación de la capa de ozono se refiere.
"Sabíamos que este protocolo serviría para preservar la pérdida de ozono a gran escala, pero con este estudio hemos descubierto que las cosas podrían haber sido mucho peores de no haberse firmado el acuerdo", destacó el experto.
kal