Investigadores de una universidad de Nueva York y del Ejército estadounidense han dado con la proteína que actúa como "cerradura" y permite al virus del ébola infectar células, según un artículo publicado hoy en la revista mBio.
El estudio, realizado por el Colegio Universitario Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva y el Instituto de Investigación Médica del Ejército de EU, ha identificado el "talón de Aquiles" del ébola.
Los investigadores han determinado que el virus del ébola necesita vincularse a la proteína Niemann-Pick C1 (NPC1) para conseguir replicar su información genética dentro de la célula y extender la mortal infección.
Cuando el virus del ébola penetra en una célula sana, parte de la membrana celular le rodea, los llamados lisosomas, destinados a digerir con enzimas cuerpos extraños.
Si esos lisosomas no contienen en su membrana la proteína NPC1, el virus del ébola no consigue reproducirse.
Los investigadores han conseguido identificar esta proteína "cerradura" a través de análisis con ratones con genes del NPC1 y otros que no sintetizan esa proteína.
Los ratones que no poseían el gen mostraron una inmunidad total al virus del ébola, un hallazgo que podría permitir desarrollar una cura hasta ahora inexistente.
No obstante, la solución a la mortífera enfermedad no es tan sencilla, debido a que la proteína NPC1 es clave para el paso del colesterol al interior de la célula, y su carencia en humanos es causante de una grave enfermedad neurodegenerativa llamada enfermedad de Niemann-Pick.
Los investigadores están intentando determinar si es posible desarrollar un antídoto contra el ébola que bloquee los receptores del NPC1 de manera temporal, parando la infección vírica.
"Creemos que los pacientes podrían tolerar el tratamiento, ya que solo sería necesario por un corto período de tiempo", explicó en un comunicado el doctor Andrew S. Herbert, investigador de inmunología viral del citado instituto médico del Ejército de EU.
Desde 2014, un brote de ébola en varios países de África Occidental ha infectado a cerca de 27.000 personas y ha provocado la muerte de más de 11.000 personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
kal