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Después de la trágica muerte de su padre y de pasar horas tratando de recordarlo mediante el olor de su almohada, la empresaria Katia Apalategui solicitó a un grupo de científicos de la Universidad de Le Havre, en Francia, la creación de un perfume que conservara el aroma de su padre.
Aunque la idea parecía extraña, los investigadores lograron extraer la esencia y enviarla en un pequeño frasco para que Apalategui lo recordara.
De esta manera nació Kalain, una empresa dedicada a fabricar perfumes que recrean el aroma fiel de los seres amados como familiaresy mascotas.
Para esto, los investigadores tomaron una prenda de la persona, extrajeron el aroma y lo reconstruyeron con alcohol para crear el perfume.
De acuerdo con Kalain, crear estas fragancias hace que los olores transmitan emociones y recuerdos de la persona fallecida.
Aunque la idea principal fue ofrecerlo en funerarias, la empresa decidió crear fragancias con el aroma de los "vivos", para casos como el de las madres que trabajan todo el día y desean el aroma de sus hijos, o las parejas que tienen que separarse por un largo tiempo.
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