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jose.espindola@clabsa.com.mx
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó ayer su primera lista de “patógenos prioritarios” resistentes a los antibióticos, que incluye las 12 familias de bacterias más peligrosas para la salud humana.
“Esta lista es una nueva herramienta para garantizar que la investigación y el desarrollo respondan a necesidades urgentes de salud pública”, señaló la Marie-Paule Kieny, subdirectora General de la OMS para Sistemas de Salud e Innovación.
La lista se divide en tres categorías que dependen de la urgencia en que se necesitan los nuevos antibióticos: prioridad crítica, elevada y media.
Prioridad Crítica. Incluye las bacterias multirresistentes que son especialmente peligrosas en hospitales, residencias de ancianos y entre los pacientes que necesitan ser atendidos con dispositivos como ventiladores y catéteres intravenosos.
Entre esas bacterias se incluyen: Acinetobacter, Pseudomonas y varias enterobacteriáceas, como Klebsiella, E. coli, Serratia y Proteus, que pueden provocar infecciones de la corriente sanguínea y neumonías.
Elevada y media. Los niveles segundo y tercero de la lista contienen otras bacterias que exhiben una farmacorresistencia creciente y provocan enfermedades comunes, como la gonorrea o intoxicaciones alimentarias por salmonela.
Organismos en evolución. El investigador del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, Edmundo Calva, explicó que cuando se consumen indiscriminadamente antibióticos, se mata a la mayoría de las bacterias, pero las más resistentes empiezan a proliferar en un proceso de selección natural. “Los organismos vivos siempre están evolucionando, pero los mecanismos de selección determinan quién sobrevive”.
Es así que el desarrollo de la resistencia es un fenómeno natural en las bacterias, pero algunas actividades humanas contribuyen en acelerar su aparición y propagación.
En México, los antibióticos siguen teniendo los primeros lugares de ventas a pesar de que se considera que alrededor de 40% de su consumo es innecesario. La falta de un sistema de salud público efectivo también contribuye, pues obliga a muchas personas a tratarse en los consultorios médicos de las mismas farmacias que expiden recetas con el objetivo de vender fármacos.
La resistencia a los antibióticos obliga a los investigadores a producir fármacos de distintas generaciones, actualmente estamos en la cuarta generación, esto quiere decir que se cambia un poco la estructura de un antibiótico que era efectivo con la finalidad de que la bacteria no lo reconozca y vuelva a funcionar en nuestro organismo.
“Muchas de estas bacterias viven en nuestro cuerpo en equilibrio, entonces tomar antibióticos más fuertes hace que mates a las bacterias que tu cuerpo sí necesita. No todas las bacterias son malas, el intestino está lleno de bacterias que ayudan a la digestión”, dijo la doctora Andrea Argil, de los laboratorios Salud Digna.
Además aseguró que “muchas personas tienen en su cuerpo Helicobacter pylori, una bacteria que nos ayuda en los procesos digestivos. También está la Staphylococcus aureus, generalmente está en la piel, es como una barrera que nos protege contra patógenos y contra otras bacterias”.
Para Andrea Argil, tomar antibióticos inecesarios y no terminar los tratamientos adecuadamente “es como si les regaláramos el arma secreta a las bacterias”.