A Warren Buffett le apodan el “oráculo de Omaha” –nació en Omaha, Nebraska, donde vive actualmente– debido, entre otras cosas, a lo acertado de su estrategia de inversión en la bolsa de valores. Desde hace 16 años, el tercer multimillonario del mundo no ha salido de los primeros cinco lugares del ranking que hace Forbes sobre los más ricos del planeta.
No es de aquellos que heredaron una fortuna, sino que Buffett empezó prácticamente de cero y toda su riqueza se la debe a su habilidad para comprar valores en el mercado.
Su historia comienza cuando de niño empieza a juntar dólar por dólar, vendiendo chicles de puerta en puerta cuando tenía seis años y comprando su primera acción a los 11.
Ocho años después, en 1949, haría la que quizá es su mejor inversión. Buffett era un incansable buscador de libros sobre inversiones cuando encontró El inversor inteligente de Benjamin Graham, un profesor de la Columbia Business School. Pero cuando encontró este libro, “fue como si hubiera encontrado a Dios”, confesaría al respecto, Truman Wood, su entonces compañero de casa y su futuro cuñado, en la única biografía que ha autorizado sobre él el propio Warren Buffett.
Y hoy, más de 50 años después, este hombre de 86 años, sigue pensando igual. Está seguro de que encontró el mejor libro de su vida.
Su fortuna la amasado invirtiendo en la bolsa de valores con una expectativa a largo plazo.
Ha sido el mejor pupilo del padre del “value investing” (inversión de valor), Benjamin Graham, técnica que Buffett aprendería del mismo Graham en la Columbia Business School, donde él decidió estudiar después de conocer la obra de Graham.
En el prefacio de El inversor inteligente, Buffet ofrece una de sus mayores lecciones de inversión: “Para invertir con éxito durante toda la vida no es necesario un coeficiente intelectual estratosférico, un conocimiento empresarial extraordinario ni información privilegiada. Lo que hace falta es una infraestructura intelectual que permita adoptar decisiones y la capacidad de evitar que las emociones deterioren esa infraestructura”.
Su estrategia
Él asegura que los resultados de una inversión dependen de dos cosas: del esfuerzo y el intelecto que se aplica a las inversiones y de las oscilaciones por la irracionalidad del mercado que se produzcan durante su carrera de inversión.
En este segundo punto es en donde se encuentra una de las mayores oportunidades para el inversionista.
Un día, al preguntarle cuál era la ventaja competitiva de Berkshire Hathaway frente al resto de empresas, Charles Munger, la mano derecha de Buffett, aseguró que a ellos les gusta permanecer sanos mientras “otros se vuelven locos”.
Graham inventó a Mr. Market, un personaje que encarnaba a un inversionista que se dejaba llevar por el pánico, la euforia y la apatía, y que invertía con base en su humor, más que a través de análisis. “Graham inventó a Mr. Market como una manera inteligente de ilustrar la necesidad de que los inversionistas tomen decisiones racionales para mejorar sus inversiones en vez de permitir que las emociones jueguen un rol decisivo”, explica Investopedia, el sitio de educación financiera más grande del mundo, el cual se ha dedicado a darle seguimiento a la carrera del multimillonario.
Mr. Market es un ejemplo al que recurre Buffett con frecuencia. En una mesa en la que compartió foro con otros empresarios (organizada por Benzinga), Buffett ser refirió a Mr. Market como una “especie de sicópata borracho” que tiene “días en los que se entusiasma mucho y otros en los que se deprime”. Y en este sentido, él afirma que las “emociones son contagiosas y que no deberían tener que ver con invertir”.
No hacerle caso a nadie
Su filosofía de inversión no es un secreto y esto contestó en esta entrevista con Benzinga: “No prestar atención a las cabezas de los periódicos, ni a la gente en la televisión ni a nada, pero poner un poco de dinero cada mes. Yo lo pondría en un ETF de bajo costo. Y si haces eso regularmente a través de tu carrera laboral, tendrás un monto sustancial de capital”. La constancia a largo plazo es parte de su estrategia.
No poner atención a periódicos ni a recomendaciones de inversión ha sido una máxima de Buffett a lo largo de su vida. En una entrevista para USA Today, el multimillonario enlista tres errores que los inversionistas tienen que evitar, y entre éstos se encuentra el hacerle caso a la gente que cree que puede predecir a corto plazo el movimiento del mercado o el escuchar a otras personas que hacen market timing. Ésta es una estrategia de inversión que consiste en comprar y vender acciones o fondos de inversión con el objetivo de aprovecharse de los movimientos anticipados del mercado (o así lo cree el inversionista) o por algún otro indicador económico o técnico, según define Morningstar. La máxima de Buffett es no escuches a los que se creen expertos y no anticipes el mercado.
En qué canasta poner los huevos
¿Cómo escoge el tercer multimillonario las empresas en las que va a invertir? No se deja llevar por modas ni por lo que parece que va a pegar en el mercado y analiza a las empresas de las cuales está interesado en comprar sus acciones como si fuera su dueño.
La estrategia de compra de Berkshire Hathaway, la base de operaciones del multimillonario, consiste en analizar varios aspectos de las acciones de las empresas que quiere comprar: la capacidad de obtener ingresos; la rentabilidad financiera (es una medida que mide el retorno para los accionistas); que la compañía tenga una gestión capaz y que la acción tenga un precio sensato, explica Investopedia.
Su técnica consiste en ponderar el valor intrínseco de una acción más allá de concentrarse en indicadores técnicos o que midan su posición del momento. Determinar el valor intrínseco consiste en hacer un ejercicio de comprensión de las finanzas de la empresa, especialmente de los documentos oficiales tales como ganancias y estados de resultados, explica el sitio. Las compañías que compra siempre son organizaciones que tienen buenas prospectivas a futuro y que están a buen precio.
El multimillonario ahonda en esta mentalidad de ganga en 1989 en su ya famosa carta a sus inversionistas, y asegura que “es mucho mejor comprar un negocio maravilloso a un precio justo, que comprar un negocio razonable a un precio maravilloso”.
Como muestra, Buffett es un inversionista fuerte de empresas como Coca Cola, Procter and Gamble, American Express y Wells Fargo.
A largo plazo
Su estrategia de inversión a largo plazo puede verse reflejada en la acción de Berkshire Hathaway (BRK.A: NYSE), el emporio construido por Buffett. Su precio inicial fue de 7.50 dólares y hoy se vende en más de 211 mil dólares. Warren podría haber hecho split— un movimiento nada raro en el mundo de las inversiones que busca hacer más accesibles las acciones a los inversionistas— pero el multimillonario ha tomado la decisión de no dividir el precio de su acción porque él quiere atraer aquellos que como él buscan invertir a largo plazo. “El precio es lo que pagas, el valor es lo que obtienes”, asegura.
En consecuencia con esta misma estrategia, a Buffett no le quitan el sueño los movimientos del mercado. De hecho, es justo de esa irracionalidad del mercado de la que habla Graham es de la cual aprendió a beneficiarse. “Estemos hablando de calcetines o de acciones, me gusta comprar mercancía de calidad cuando el mercado ha bajado”, asegura.
En este sentido, Buffett sigue el principio de inversión denominado margen de seguridad, el cual busca minimizar el riesgo al comprar una acción cuando ésta tiene un precio menor a su valor intrínseco. Entre más sea esta diferencia, mayor será el margen de seguridad.