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Nadie pensó que Donald Trump, histriónico y agresivo como es, llegara a convertirse en el virtual candidato republicano. Ni siquiera sus correligionarios. Los analistas políticos auguraban sólo momentos de diversión gracias al neoyorkino, pero hoy el empresario inmobiliario está con un pie en la carrera presidencial de EU, a 4.5 puntos de distancia de la demócrata Hillary Clinton, según el sitio Real Clear Politics, el cual hace un promedio de las encuestas realizadas en ese país.
El estadunidense no ha sido nada amable con México. De hecho, las propuestas de su campaña han estado contra el libre comercio, la población migrante latina —y en especial la mexicana— y la cooperación internacional, tres aspectos fundamentales sobre los cuales se basa la economía mexicana. La relación tan cercana que tiene México con Estados Unidos, su principal socio comercial, sería por supuesto, una de las más afectadas.
Pero, ¿qué sucedería con los bolsillos de los mexicanos en caso de que llegara a la presidencia y no sólo eso, sino que cumpliera todo lo que ha prometido? Seguramente, las carteras de la población tendrían menos pesos.
“El escenario más optimista es que sería malo que llegara a la presidencia, el pesimista es que sería catastrófico. Aunque este último es poco probable. El que llegara no puede ser bueno o incluso neutral para la economía del país”, explica Eugenio Gómez, profesor del área académica de Entorno Económico del IPADE.
El que llegara a presidir los Estados Unidos no sólo sería muy perjudicial para México, porque entre sus propuestas se encuentra el establecer barreras en el comercio —por ejemplo, él ha dicho que el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) es un “desastre” y que él lo renegociaría o de plano lo rompería— sino que también afectaría a las finanzas del país vecino del norte, debido a lo ligadas que están ambas economías, coinciden especialistas.
Pero renegociar o abandonar el TLCAN es sólo una de las propuestas que lastimarían a la nación mexicana. También ha dicho que bloquearía las remesas que los connacionales mandan a México a menos de que que abra la cartera para pagar entre 5 mil y 10 mil dólares por un muro fronterizo de mil 600 metros que piensa construir para evitar la migración ilegal hacia Estados Unidos.
Ha dicho que aumentaría el precio de las visas. Se ha pronunciado contra las empresas de EU que invierten en territorio mexicano. Si llega Trump y cumple sus promesas, es probable que las finanzas del mexicano empiecen a resentirse por varios frentes.
Primero, el comercio
Como muestra de esta aversión hacia México, el magnate ha anunciado que impondría tarifas de 45% en los productos mexicanos y chinos que entren a la Unión Americana. Con esto, no sólo las exportaciones e importaciones se verían afectadas, sino que seguramente sentiríamos la escasez o el alza de precios de productos de provenientes de esa nación.
Estas tarifas harían poco atractivos los productos mexicanos en el país del norte lo cual le pegaría a los empresarios de México que verían cómo caen las ventas de sus productos del otro lado de la frontera.
“En donde más afectaría sería en el empleo en el sector manufacturero, al dificultarse las exportaciones, veríamos que algunas industrias que dependen o de la exportación o de la integración comercial con EU que pudieran verse afectadas y perder empleos”, explica el profesor del área académica de Entorno Económico del IPADE.
Además, estas imposiciones con mucha probabilidad tendrían un efecto espejo.
“Seguramente se verían afectadas las importaciones de productos estadounidenses por las tarifas y los productos que llegarían serían muy caros porque sería un efecto bilateral, si él pusiera una tarifa en los productos en Estados Unidos, la respuesta del gobierno tendría que ser igual, un aumento en la tarifa de los productos de EU en México”, explica Joshua Hammerschlag, director de Carrera de la Licenciatura en Administración Financiera del Tec de Monterrey.
No sólo eso, sino que si Trump llega, seguramente las empresas estadounidenses dejarían o disminuirían los montos de inversión extranjera directa, porque él ha criticado a las firmas que invierten en México.
En abril pasado, cuando todavía competía con sus correligionarios Ted Cruz y John Kasich por la candidatura, el empresario calificó como “una desgracia absoluta” el que Ford fuese a construir una nueva planta en México. “Estas transacciones ridículas, que aniquilan empleos, no ocurrirán cuando sea presidente", aseguró en un comunicado.
Remesas
Las remesas que envían los connacionales que trabajan en Estados Unidos constituyen uno de los principales ingresos de la economía mexicana. Éstas representan 2% del Producto Interno Bruto del país y ascienden a 25 mil millones de dólares, de acuerdo con cifras del Banco Mundial.
Donald Trump quiere modificar aspectos de la ley antiterrorismo, conocida como la USA Patriotic Act, para que las instituciones financieras demanden como requisito documentos de identidad antes de abrir cuentas o realizar transacciones, lo cual impediría que nuestros connacionales pudieran enviar dinero a sus familias en México.
“Sería catastrófico que dejaran de entrar las remesas porque afectaría a muchos de los más pobres que son los que la reciben”, explica Eugenio. Pero aún cuando no las bloqueara, el que subiera las comisiones o estableciera alguna traba, tendría también una repercusión inmediata en las personas en situaciones más complicadas. Este ataque contra las remesas pegaría directamente en el poder adquisitivo de los connacionales: “Si disminuye el poder adquisitivo del mexicano promedio, va a disminuir su consumo, lo cual trae una recesión porque no trae las mismas ventas para las empresas”, explica el profesor del Tec.
Afectación a Estados Unidos
El empresario ha dicho que de llegar a la presidencia, deportaría a los inmigrantes ilegales de su país. México está entre los países con más migrantes en el mundo, con 12 millones de personas viviendo fuera, de las cuales la mayoría reside en Estados Unidos y cerca de la mitad son indocumentadas, de acuerdo con el Anuario de migración y remesas 2015.
Expulsar a todos los inmigrantes indocumentados no sólo representaría una catástrofe para México debido a que a su regreso seguramente sólo encontrarían una ausencia de políticas públicas para recibirlos y otra vez a falta de oportunidades —precisamente por eso se fueron— sino que también afectaría a la economía estadounidense. De acuerdo con un estudio realizado por el centro de estudios American Action Forum, expulsar a todos podría restar cerca de 2% de su PIB.
“En la misma medida en la que los mexicanos se verían afectados, se verían los estadounidenses, por lo tanto ese país saldría igual de lastimado con este tipo de medidas”, explica el especialista del Tec.
Lo que sí es que una cosa es lo que dice y otra lo que realmente vaya a cumplir en el caso de que Trump obtenga el triunfo en la elección por la presidencia de Estados Unidos. Él ha hablado de regresar los trabajos que tienen los indocumentados a los estadounidenses; sin embargo, nadie asegura que ellos quieran hacerlo y mucho menos al mismo precio.