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Después de siglos de civilización, el brillo del oro aún cautiva la mirada de los hombres. De este metal precioso se conocen joyas y otros artefactos desde miles de años Antes de Cristo. Las primeras monedas —elaboradas en Turquía— fueron realizadas de una aleación entre oro y plata. Es uno de los metales que ha sido más apreciado a lo largo de la historia y que ha preservado su carácter valioso ante nuestros ojos.
Hoy, cuando los mercados financieros son volátiles, se habla del metal dorado como un refugio ante la volatilidad, como un recurso para preservar el valor del dinero a través del tiempo y de la incertidumbre.
En finanzas, la volatilidad es una medida que analiza la frecuencia y la intensidad del cambio del precio de un activo. Hoy los mercados financieros globales son muy volátiles precisamente porque de un día a otro el cambio en el precio de un activo puede variar significativamente. En el caso del oro, éste no lo es mucho y es por eso que suele fungir como un refugio. Por ejemplo, mientras que durante un periodo de 20 años (1999 a 2009) el precio del petróleo, cobre y soja ha variado 41.2%, 25% y 23%, respectivamente, el del oro sólo lo ha hecho 15.9%, según el Consejo Mundial del Oro. Las materias primas medidas por el S&P Goldman Sachs Commodity Index fueron 35% más volátiles durante este periodo que el oro, según un reporte de la misma organización.
“Cuando la volatilidad no la sufre un solo país o mercado como ahora, el oro tiende a reducir bastante el riesgo y a ayudar a los inversionistas a reducir la exposición a este riesgo”, explica Juan Carlos Artigas, director de investigación de inversión del Consejo Mundial del Oro.
¿Por qué sucede esto? El especialista explica que el oro tiene un comportamiento, el cual, entre más fuerte caen las acciones, que hace que suba más el precio del oro, debido a que es visto como un instrumento para preservar la riqueza. Esto debido a que es altamente líquido (tiene la cualidad de poderse convertir rápidamente en dinero en efectivo) y a que es un bien tangible físicamente. “En estos periodos de incertidumbre, se tiende a utilizar estos instrumentos de alta calidad, como el oro”, explica.
Hay varias formas de adquirir este metal. La primera, es a través de un portafolio de inversión y la segunda, tal cual, a través de la compra de joyería, monedas o lingotes.
Para diversificar.
Un portafolio de inversión es la combinación de varios instrumentos como parte de una estrategia. A través de la selección de estos activos, se busca repartir el riesgo a través de la combinación de diferentes instrumentos, entre los que puede haber acciones, bonos de deuda, etcétera. Si tú decidieras invertir de forma directa, podrías construir tu portafolio. De otra manera, podrías acceder a uno a través de un fondo de inversión. Además de acciones (renta variable) y bonos (renta fija), un componente que puede estar presente es el oro.
“El oro en un portafolio de inversión, precisamente por estas características, ayuda a que los inversionistas manejen el riesgo. Cuando ves todos los activos juntos, el oro ayuda a reducir el riesgo y en el largo plazo, ayuda a preservar el poder adquisitivo”, señala Artigas.
Y esto se hace mucho más efectivo en tiempos volátiles, como los que vivimos hoy en donde el peso —y no sólo el peso sino muchas monedas alrededor del mundo como el rublo ruso o el real brasileño— ha perdido valor frente al dólar, la moneda más importante a nivel mundial.
“Cuando las monedas se deprecian, como en el caso del peso mexicano, el oro ayuda a preservar el valor en el tiempo”, según explica
el especialista.
El rango de porcentaje de oro que suele haber en un portafolio es entre 2% y 10%, lo cual depende de la distribución y de la estrategia a largo plazo. Este metal tiene características tanto cíclicas como contracíclicas, es decir, que sube en épocas malas y en buenas también. Cuando vienen épocas buenas la gente suele comprar joyería —58% de la demanda proviene de esta forma de adquirir el oro— y cuando hay momentos económicos malos, son los inversionistas los que demandan este material como refugio a la volatilidad, explica Juan Carlos.
Lo ideal es que la compra de oro la manejes de forma estratégica, es decir, que la incorpores como parte de tu estrategia de inversión a largo plazo, no solamente cuando hay momentos complicados en el mercado.
Joyería.
Además de ser un activo que suele incluirse en los diversos portafolios de inversión, el oro también está íntimamente relacionado con la cultura del hombre.
“Los tres mercados más grandes de joyería de oro, China, India y Estados Unidos, le da cada uno una importancia cultural al metal. La adquisición de joyería está conectada con celebraciones, relaciones y metas a futuro”, explica el Consejo Mundial del Oro.
Para 2014, de la demanda total de oro en el mundo, 58% la representó aquella relacionada con la joyería. En lugares como China e India, es tradicional la compra de accesorios de este metal tanto por cuestiones culturales, como para preservar la riqueza.
El precio de una joya de oro se determina por su precio y por el número de kilates. Los kilates miden la pureza del metal y es la medida para describir la masa y el grado de pureza de los metales preciosos, como el oro. Un kilate representa la veinticuatroava parte de la masa total del objeto. Así que si una joya es de 14 kilates, quiere decir que 14 de sus 24 partes son de oro; el resto de otros metales.
Si un objeto es de 24 kilates, por ejemplo, sería de oro puro (éste es muy blando por lo que no se suele utilizar para joyería, por lo que se usa junto con otros metales como plata).
Si estás pensando en comprar joyería de oro para resguardar tu dinero, lo que tienes que tomar en cuenta es que estarás pagando en parte la manufactura.
“Cuando compras joyería también pagas por la hechura y por la marca, por lo que puede haber un precio mayor que si compraras una moneda o cualquier otra manera de acceder al mercado al oro, pero para mucha gente alrededor del mundo, es una forma muy fácil de poner parte de sus ahorros a largo plazo”, explica Juan Carlos. Así que si quieres evitar pagar estos costos de la joyería, puedes comprar monedas –centenarios de oro– o lingotes certificados. “Es importante entender que el oro puede tener un efecto positivo en los ahorros de largo plazo”, explica el especialista.
Entre los consejos que da la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) a través de su Revista del Consumidor, para adquirir este metal precioso, está el que busques establecimientos que te entreguen un comprobante que validen tu compra.
También debes buscar que te den garantía por algún desperfecto. Es obligación del proveedor exhibir los precios de los productos —ya con impuestos o gastos adicionales que se tengan que cubrir por la compra— y respetarlos.
No se trata de correr a invertir todo tu dinero en oro. Hay que entender la importancia de la diversificación. Sonia Sánchez, especialista en finanzas personales y autora del Diario de una oveja financiera asegura que comprar centenarios es una buena idea siempre y cuando no inviertas todo tu dinero en ellos, y que el precio no esté por las nubes.
La recomendación es que revises la fluctuación durante los últimos meses y que si está caro, esperes un poco. “Debes mantenerte informado. Ser inversionista tiene su precio y éste es generalmente dedicarle tiempo a informarte de tus inversiones. Tienes que ver cómo anda el oro y estar pendiente de los anuncios gubernamentales; en general, debes estar pendiente de los mercados”, recomienda Sonia.