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mariana.fernandez@eluniversal.com.mx
Después de que el dólar sigue tocando máximos históricos y que el peso mexicano sigue perdiendo valor, ¿sigues con la idea de comprar auto? La respuesta es deberías, al menos desde el punto de vista económico ya que las condiciones para comprar siguen siendo propicias para hacerlo.
Dejando a un lado la parte económica, hay que recordar que la tendencia mundial es la desincentivación del uso del automóvil debido a la pérdida de calidad de vida que supone a los ciudadanos que tardan horas valiosas para llegar a su destino.
Pero si hablamos de números, éste es un momento excelente. “La marcha que ha tenido el sector automotriz y en particular el mercado interno en los últimos meses nos habla de una perspectiva positiva del lado de los consumidores”, sostiene Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
¿Cuáles son los factores que favorecen este buen momento? Primero, para explicar el comportamiento de esta industria es necesario entender el concepto de la oferta y la demanda. En México existen más de 42 marcas y alrededor de 300 modelos en más de 2 mil versiones diferentes, lo que hace que entre éstas se estén peleando el mercado y decidan sostener precios bajos además de otras facilidades de compra. Por ejemplo, asegura Luis Lozano, socio líder de la industria automotriz en la consultoría PWC, son las empresas coreanas, las cuales han decidido colocarse un escalón debajo de las japonesas para pelear el mercado.
En esta lucha por el mercado, los precios crecen por debajo de la inflación de los precios en general, según señala la AMDA en su Reporte del Mercado Interno Automotor. Lo que quiere decir que éstos aumentan menos que lo que lo hacen los demás bienes, por lo que con el mismo dinero seguirá alcanzando para más.
Otro aspecto que contribuye al buen momento es la oportunidad de financiamiento a bajo costo y a plazos cada vez más largos. De acuerdo con cifras de la AMDA, éste ha crecido a una tasa superior a 28% en el primer semestre de este año. Es decir, las instituciones crediticias tienen dinero para prestarle a los consumidores y entre más dinero tengan y más se decidan participar, la competencia por los clientes se volverá más cerrada, lo que los obligará a dar mejores condiciones para los préstamos.
Lo que la AMDA reporta es que los plazos se han ampliado en los dos últimos años. Los créditos a mayores plazos, es decir, 36, 48 y 60 meses son los que representan más volumen en el mercado (62.4%).
Es decir, la gente se está embarcando cada vez más a comprar automóviles en un periodo de cinco a seis años, lo que hace que a aquellos que antes no les alcanzaba para comprar coche hoy sí les alcance.
Aquí hay que hacer un paréntesis. Si piensas enrolarte en un compromiso de este tipo y por tantos años, es preciso que recuerdes que un automóvil —pese a que te reporte beneficios— no es una inversión, simplemente porque no cubre con las características de una. Una inversión es algo que te da más dinero (distribuido en el tiempo) del que aportaste en un inicio, y lamentablemente un coche no lo hace. Sólo en el primer año, se deprecia 25% de acuerdo con la Ley de Impuesto Sobre la Renta. Además, hay que recordar también que gracias a la nueva reforma fiscal, el monto deducible se redujo considerablemente: si antes se podía deducir 175 mil pesos, hoy sólo se puede 130 mil por vehículo.
Otro factor que hace que comprar auto sea muy atractivo hoy son las tasas. Éstas están en mínimos históricos en 12% en promedio pero varía de acuerdo a las condiciones del crédito.
¿Y el dólar?
Lo inmediato sería pensar que también el precio de los automóviles va a subir al igual como amaga subir el resto de los precios de los productos ante el incremento del dólar debido a que se tienen que comprar insumos en esa moneda; sin embargo, no será así, al menos de acuerdo con lo que explican los especialistas.
La industria automotriz obtiene éstos insumos, algunos de Estados Unidos, pero también de otros países como Japón, China, Canadá o Europa, y si bien las monedas de las latitudes de donde provienen también han salido afectadas al igual que el peso mexicano, la compra de estos insumos no se hace en dólares, sino en otras monedas, detalló el analista de la AMDA.
Lo que el experto menciona es que “no es posible determinar que la depreciación del peso frente al dólar se va a trasladar de manera automática al precio de los vehículos, y mucho menos, en la misma proporción en todos los modelos y marcas”.
Cada coche tiene entre sí diferente concentración de componentes que vienen de diferentes países, lo que permite que la devaluación del dólar no se traslade de forma homogénea. Quizá alguno incremente su precio, pero no será de manera generalizada, dijo Guillermo Rosales.
El que nadie quiera perder mercado (ni sacrificar ventas) es que toda la cadena de producción automotriz está cubriendo cualquier costo relacionado con la depreciación del peso, tanto el distribuidor, como la misma armadora, todo por mantener las ventas, aseguró Lozano: “En esta cadenita hay un costo fuerte que absorben las armadoras y el distribuidor, porque no puedes cambiar el tipo de cambio de 13.60 a casi 17 pesos”. En este proceso, justamente se echa mano del inventario, es decir, de los autos que ya se encuentran fabricados con un tipo de cambio menor.
Lo que también ayuda es que en el caso de las armadoras que se encuentran establecidas en nuestro país es la rentabilidad de su producción, lo que también les permite subsidiar la venta, comentó Lozano. En cuanto a las que no están aquí, que son principalmente las que fabrican autos de lujo, las ventas son muy menores.
En México, la joya de la corona en la industria en los últimos años ha sido la automotriz. Nuestro país se ha convertido en el séptimo productor de autos a nivel mundial, por varios factores, como su ubicación territorial y también por la serie de tratados comerciales internacionales que tiene firmados.
Así, la industria sigue apostando por subsidiar la venta, aumentar los plazos del crédito, disminuir las tasas de interés, ofrecer ofertas y en consecuencia, seguir vendiendo cada vez más autos en el mercado mexicano, el cual en los últimos tiempos se ha caracterizado por estar en crecimiento. Con respecto al mismo periodo de tiempo, en lo que va del año hasta julio se ha vendido 17.6% más.
Por ahora, esta es la época de las macroventas. “Una vez que vaciaste (el inventario del) 2015, vas por el de 2016, con éste vienen ajustes interesantes, entre un 5% y 8%, esa es la historia”, opinó Lozano.
Por lo pronto, la sugerencia es: aprovecha.