En el momento en que aquellos que sólo tienen el ahorro disponible de su Afore para afrontar su vejez se retiren, su panorama económico casi por seguro que no será el más alentador. ¿Qué sucede con ellos? Que no tienen una pensión asegurada por el gobierno y pagada por los trabajadores más jóvenes, y lo único que tendrán disponible será lo que hayan acumulado en su cuenta de Afore.

Si tú empezaste a trabajar después del 1 de julio de 1997, éste es tu caso. Tienes tu futuro económico en los hombros, ya que cuando seas viejo no tendrás más efectivo que el que hayas juntado en los años que trabajaste, ya sea ahorrando de forma obligatoria o voluntaria. Los que empezaron a trabajar antes de 1997 podrán tener una pensión que tu no.

Este esquema se estableció a través de la reforma del 1997, la cual buscaba combatir la insostenibilidad del sistema de pensiones a través de cambiar el esquema de beneficios definidos a contribución definida, lo que quiere decir que los jóvenes dejaron de pagar las pensiones de los viejos y se hicieron cargo de la propia a través del ahorro en la Afore, una institución que se encarga de administrar los ahorros de los trabajadores.

Si estás bajo este esquema, hoy estás aportando de forma obligatoria a este fondo que te servirá para afrontar tu vejez. La buena noticia es que realizas esta aportación pero la mala es el porcentaje que se descuenta automáticamente de tu sueldo es de 6.5%, una cantidad que es por demás insuficiente y que incluso se encuentra entre las más bajas de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En el caso de que estés bajo el ISSSTE, las condiciones cambian radicalmente ya que en total dedicas 11.3% de tu sueldo a este rubro.

Ahora bien, bajo este escenario en el que contribuyes sólo 6.5% de tu salario a este rubro, lo que ahorres no será suficiente. ¿Cómo será el futuro que le depara a aquellos que empezaron a trabajar después del 1 de julio de 1997? Si no se ahorra de forma voluntaria, no será muy prometedor.

Más allá de las reformas que pudieran hacerse al sistema, los especialistas en el tema levantan una y otra vez la voz para decir: si la gente no ahorra voluntariamente para cuando sea vieja va a tener ingresos suficientes para afrontar la vida de un anciano. Las condiciones se agravan porque la esperanza de vida cada vez es más larga, es decir, la gente vivirá más años.

Cuando el primero se retire

Todavía no llega el momento en el que el primer “aforado” se retire bajo el nuevo esquema, pero si no se toman medidas a nivel macro –reformas a la ley que permitan aumentar el porcentaje mensual de ahorro voluntario– como a nivel micro, es decir, el que la gente desde su trinchera ahorre más de forma voluntaria, el panorama no pintará bien para ellos.

“¿Qué va a hacer la gente si no ahorra? Llorar y sufrir. No se va a poder vivir porque llegas a un momento de edad avanzada, con gastos de salud, con una pensión muy pequeña va a ser un problema”, alerta Moisés Pérez Peñaloza, especialista en estos temas.

Las cifras hablan, y no tan bien del futuro de los que se jubilarán por primera vez bajo este esquema y no dedican más de 6.5% a ahorrar para el retiro.

Conforme a las proyecciones de la consultora CMM, Luis de la Calle, su director, explica que para aquellos que sólo dediquen este porcentaje mínimo y se retiren en 2035 (aproximadamente el año en el que las personas que empezaron con el régimen de 1997 podrían empezar a hacerlo), van a recibir poco más de 20% de sus últimos salarios (tasa de reemplazo).

Así lo explica: “Una persona que se va a retirar en 2035, que ya está contribuyendo, si empieza con 6.5% se va a jubilar con una tasa menor a 30%, pero si quiere ir aumentando esta tasa, necesita contribuir más”.

Según lo cálculos de esta consultora, si ahorraras 25.5% de tu sueldo durante los años trabajados te retirarías con más de 50%, el promedio de la OCDE.

Conforme van pasando los años –aquellos que se retiren en 2040, por ejemplo– la situación se pondrá más complicada debido a que la esperanza de vida cada vez será más larga.

“Si vives dos años y tienes mil pesos, divides 500 y 500, si vives 10 años, te van a quedar 100 por cada año; en la medida en que se incrementa la esperanza de vida, la tasa de reemplazo va bajando en el tiempo”, explica.

La importancia del ahorro

Cuando seas viejo, ¿cómo quién quieres vivir? Esta pregunta se tendría que plantear no cuándo quedan unos pocos años para que dejes de trabajar sino desde que estás joven y estás en condiciones de trabajar duro y ahorrar.

Para entender la importancia de esta actividad, basta ver que diferentes tasas de contribución (qué porcentaje de tu sueldo dedicas a ahorrar para tu retiro) dan mejores perspectivas a futuro al relacionarlas con en qué decil vivirás tu retiro conforme aumente esta tasa. Un decil es una medición que representa un 10% de la población y que conforme va subiendo sube el nivel de vida.

Por ejemplo, para una persona que empezó a trabajar a los 20 años en 1997 y siempre dedicó a su retiro el porcentaje obligatorio (6.5%), en el 2042, año en el que va a cumplir 65 años, va a poder hacerlo conforme a alguien perteneciente al sexto decil poblacional. Este decil gana en promedio 28 mil 862 pesos al trimestre, lo cual quiere decir que al mes gana poco menos de 10 mil pesos.

Los beneficios del ahorro se observan, por supuesto, cuando el porcentaje de ahorro es más alto. Para esta misma persona, el futuro mejora si decide dedicar 11% de su sueldo a su retiro, ya que para cuando cumpla 65 en 2042 podrá retirarse en el séptimo decil, o sea que ganaría poco menos de 12 mil pesos al mes.

Pero la mejora significativa viene irremediablemente cuando se dedican porcentajes altos. Si este mismo individuo dedicase 25.5% (promedio de la OCDE) a este rubro, podrá retirarse como el noveno decil de la población, o sea, con más de 20 mil pesos al mes.

“Necesitamos empezar a ahorrar antes. No vale la pena esperar a ahorrar al 2049 para el retiro que empieza en el 2050. Entre más joven empieces a ahorrar para el retiro menos esfuerzo tienes que hacer cada año para tener un retiro digno”, asegura de la Calle.

El ahorro voluntario no es una práctica común. De todos los fondos del Sistema de Ahorro para el Retiro sólo 1% es de aportaciones voluntarias, lo que representa sólo 0.1% del PIB.

Hay que decir que esta forma de acumulación de recursos tampoco tiene los incentivos fiscales necesarios. Es decir, el gobierno no te ayuda a deducir lo suficiente como para que sea atractivo en realidad ahorrar por iniciativa propia.

La última reforma fiscal de hecho vino a empeorar las cosas debido a que “metió” en la misma canasta el ahorro voluntario junto con otros gastos personales lo que en sí no incentiva el ahorro, sin embargo, no es pretexto.

Los cálculos y las proyecciones apuntan a la necesidad de hacerlo si aquellos que sólo tienen para retirarse lo que hayan juntado en su Afore no quieren tener un retiro pobre y angustioso. Cuando el primer “aforado” se retire la esperanza es que haya juntado lo suficiente.

El instrumento por excelencia para ahorrar de forma voluntaria es la Afore. Puedes depositar a tu Afore a través de varias tiendas de conveniencia, sólo necesitas proporcionar tu CURP y tu número de seguridad social.

También hay formas de domiciliar el cargo a tu cuenta bancaria. No hay pretexto para no ahorrar.

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