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La Unidad de Competencia Económica del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) inició una investigación por la posible concentración prohibida entre Grupo Televisa con Tenedora Ares y Arretis, que fueran dueñas de Cablecom.

En octubre pasado, la autoridad investigadora del regulador emitió un oficio de probable responsabilidad contra Televisa, Tenedora Ares y Arris por “la omisión de notificar una concentración que en su caso podría ser prohibida en términos de la LFCE”.

En marzo pasado, Grupo Televisa pidió al instituto regulador una audiencia oral, la cual se llevó a cabo el 21 de ese mes.

Ramiro Tovar, analista en telecomunicaciones, comentó que Grupo Televisa aprovechó que, derivado de la reforma constitucional, había un vacío legal entre la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el IFT para adquirir a la cablera.

“Esa concentración se dio en un espacio donde Televisa actuó aprovechando la coyuntura donde estaba por crearse el instituto, pero la Cofece no tenía las funciones de intervenir en el sector de telecomunicaciones y radiodifusión”, expuso el analista en telecomunicaciones.

Asimismo, debido a que Televisa no fue declarada como agente económico preponderante en el sector de telecomunicaciones, pudo comprar a Cablecom sin necesidad de solicitar la autorización del IFT.

El analista mencionó que luego de la resolución del regulador, en la que declaró a Televisa con poder sustancial de mercado en televisión de paga, “es el momento adecuado para sacer ese cadáver del clóset, pues se dio en una coyuntura irregular”.

Los efectos de esta concentración no fueron revisados en su momento, por lo que ahora, la investigación responde a esa necesidad.

Desde la adquisición de Cablecom, las cifras de concentración de mercado en televisión restringida se incrementaron, pasando de 3 mil 513 puntos del Índice Herfindahl-Hirschman (IHH) al segundo trimestre de 2014, a 4 mil 43 al tercer trimestre de ese mismo año, cuando se concretó la adquisición.

Hasta 2013, Tenedora Ares era la propietaria de Cablecom, empresa de televisión de paga que fue vendida Televisa, mientras que Arretis también contaba con acciones de la cablera.

La investigación de la Unidad de Competencia Económica deriva de una denuncia por la posible concentración prohibida “en los mercados de los servicios de telefonía móvil, telefonía fija, provisión de acceso a internet de banda ancha, enlaces dedicados, interconexión, televisión restringida, televisión abierta, publicidad en medios de comunicación, y contenidos audiovisuales y de audio a escala nacional e internacional”.

En agosto de 2013, Grupo Televisa dio a conocer su intención de comprar Cablecom, y un año después concretó la adquisición de 100% del capital social de la empresa mediante la conversión de ciertas obligaciones previamente suscritas y el pago de 8 mil 550 millones de pesos.

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