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miguel.pallares@eluniversal.com.mx
La empresa mexicana de paquetería y mensajería Estafeta tiene la visión de duplicarse en los próximos años, por lo que prevé mantener inversiones entre 300 millones y 500 millones de pesos para su expansión en el país, dice Jens Grimm, presidente del Consejo de Administración del corporativo.
En entrevista con EL UNIVERSAL, afirma que planea alianzas con empresas en Estados Unidos y que estarán atentos para buscar piso parejo en el tema de logística en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Para Grimm, la corrupción es un freno tremendo y la inseguridad aumenta costos. En cuanto a su visión para el futuro de la logística, la personalización de productos y menos inventarios son sus expectativas, además del crecimiento del comercio electrónico, donde la entrega por drones puede ser una posibilidad.
Hoy Estafeta invierte más de 594 mdp y crece arriba de 13%, ¿cuál es su visión de la empresa en cinco años o 10 años?
—Hay diferentes segmentos de negocio, en el tema de paquetería, el comercio electrónico en México aún es pobre, los porcentajes de carga que manejan otras naciones andan entre 35% y 40% de comercio electrónico. Eso va a suceder en México también, tenemos que enfocarnos en el comercio electrónico, espero crecimientos en el área de paquetería a doble dígito.
También tenemos otras divisiones, almacenaje, que está creciendo en dos dígitos, LTL está tomando fuerza, y en cuatro a cinco años veo a Estafeta con mucha innovación, con crecimiento y mucho espíritu emprendedor.
En cifras, ¿cómo ve a Estafeta?
—La inversión siempre la haremos, ha sido el foco de toda la historia de Estafeta, le tenemos confianza al país, tiene oportunidades brutales. Veo a Estafeta al doble de tamaño, vamos a seguir invirtiendo en infraestructura, vehículos más verdes, ser más conscientes con el medio ambiente.
¿Duplicarla en qué periodo?
—Es difícil decir, porque hay cambios de sexenio, crisis, tipos de cambio, gasolinazos, la incertidumbre en México es tan fuerte, por eso no me gusta dar cifras. Lo bueno que vivimos en México, gastamos en México y no dependemos tanto del tipo de cambio.
¿Los cerca de 500 millones de pesos de inversión se mantendrán en cinco años?
—Depende de la economía, pero siempre hemos estado en el rango de 300 a 500 millones de pesos. Seguramente seguiremos invirtiendo.
¿Qué detiene a Estafeta de llegar a la Bolsa Mexicana de Valores?
—No hay necesidad, es una empresa familiar. Creo que entrar a la bolsa te quita flexibilidad, poder de decisión, te cuesta más. No quiere decir que mañana no queramos entrar en la bolsa, si fuera el caso que necesitáramos capital externo para crecer, pero hasta la fecha no lo hemos necesitado.
¿Podría llegar a bolsa en el mediano o largo plazo?
—No, a menos que hubiera una situación de crecimiento o inversiones extraordinarias.
¿Su pendiente más importante es la expansión internacional? ¿Llegar a Estados Unidos?
—Se puede trabajar mucho en el tema de comercio electrónico con exportación e importación, el mercado de Estados Unidos está saturado y atendido, pienso que México todavía tiene un potencial enorme, para qué me voy a hacer esfuerzos allá cuando en México hay potencial, entonces trabajar en alianzas con empresas de EU puede ser una posibilidad.
¿Podría llegar a otros países?
—No, más que nada serían alianzas, somos fuertes en el mercado doméstico y debemos mantenernos así.
En la renegociación del TLCAN, ¿buscarán igualdad de condiciones para empresas de EU y México?
—Estaremos muy atentos a la renegociación y a ver si es un tratado trilateral o bilateral, donde las situaciones sean iguales, que estemos jugando en la misma cancha porque llevamos muchos años de jugar no en la misma cancha, las trasnacionales de EU pueden jugar en México, pero nosotros no podemos trabajar allá.
Esperaría que el gobierno no dé concesiones innecesarias, y que invite a la industria a participar y a cabildear con el tema de la renegociación.
¿Cuál es su visión del futuro de la logística en México y el mundo?
—La integración de todas las cadenas como ecosistema, donde se forme un ecosistema que se hable, que cuando tú hagas un pedido que no salga del almacén, sino que ese pedido detone una serie en reversa de todo lo que se tiene que hacer y que se produzca lo que estás pidiendo, un ecosistema más integrado en la parte de sistemas.
Menos inventario, mayor frecuencia de productos, productos especiales y específicos, cada vez hay más personalización en los productos.
¿La entrega por drones está cerca?
—Lo veo lejano todavía, pero sí se va a dar, creo que será en destinos lejanos donde es muy complicado y muy costoso llegar.
Sobre el país
¿Cuál es su percepción de la corrupción en México? ¿Cómo le afecta?
—Es un freno tremendo. La corrupción y la inseguridad, la falta de Estado de derecho es una de las cosas que nos aqueja gravemente, nos cuesta mucho trabajo hacer inversiones y que tengan una rentabilidad rápida, te hablo de “N” cantidad de procesos que se atoran porque las entidades gubernamentales no se hablan entre sí, entonces cada quien pide y nosotros somos una compañía que tenemos claramente la convicción de que nosotros no jugamos en la cancha de la corrupción.
Creo que eso debería hacer el empresariado en general mexicano porque no sólo es tema de gobierno, es de la sociedad y creo que hay una descomposición social por los temas de gobernadores que roban y que están dando un ejemplo a la población de que se puede hacer y se vale hacerlo, no es posible que eso suceda.
¿La inseguridad ha frenado su crecimiento?
—Más que frenar te agrega costo, le tienes que poner sistemas de rastreo a los vehículos, tienes que escoltarlos y eso competitivamente contra otros países te pone en desventaja. Nuestra competencia tiene los mismos problemas.
Su historia
¿Cuáles son los consejos que mantiene de su padre Gerd Grimm en los negocios?
—El poder equivocarse sin represalias, y mantener las cosas sencillas, en respetar a la gente, en hacer de nuestra organización un lugar donde las personas puedan crecer personal, profesional y patrimonialmente.
En 1979 su padre funda Estafeta, ¿cuál es su balance?
—La historia empieza cuando llega mi padre de Alemania en 1961, forma una compañía de transporte para hacer expedición de embarques y traer grandes cargas de Europa. Después trabaja como representante para una empresa pionera, ahí empieza abrir Sudamérica, Centroamérica, Medio Oriente, oficinas representativas y crea Estafeta.
Arrancó como cualquier negocio emprendedor con muy pocos envíos, tres vehículos, aún utilizaban la infraestructura propia de los camiones de pasajeros para llevar los envíos.
Se trabajaba con agentes a nivel nacional, si había un envío y no tenía oficina representativa le hablaban a alguien para entregar el paquete.
En los 80 se trabajaba la parte de paquetería con combis y en un momento se funda la empresa Transportadora Terrestre para hacer los tramos foráneos. Pasamos de camiones a tractocamiones, luego aviones pequeños y más tarde la línea de carga aérea.