Toda crisis tiene una enseñanza. Cada compañía enfrenta diferentes problemas en su operación; sin embargo, es necesario contar con un equipo capacitado para responder a estos retos y guardar los aprendizajes en cada fracaso, afirmó Héctor Hernández-Pons, presidente del consejo de administración y director general de Grupo Herdez.
El directivo detalló cuál es su filosofía para enfrentar el fracaso, así como sus estrategias para resolver las dificultades y mantener competitiva a una compañía con más de 102 años de vida en México.
¿Cómo resuelve los retos del día a día?
—Hay que verlo desde el punto de vista: problemas siempre hay. Para eso estamos todos. Mis mayores preocupaciones son tener un gran equipo, como considero que lo tengo, y procuro que ese gran equipo cuenten con todo el apoyo para resolver los problemas que surgen en el camino, además de buscar mejores formas de trabajar y tecnologías para lograr ventajas competitivas.
Cada producto, marca o empresa tiene diferentes problemas a resolver. A mi me toca hacerla de hombre orquesta, pero tengo grandes músicos.
Como directivo, ¿cuáles son sus principales fortalezas y debilidades?
—Las fortalezas que tengo es tener la visión de encontrar caminos para ir creciendo, hacer crecer este grupo, en este crecimiento surgen debilidades de ciertos controles que muchas veces debemos estar atrás de ellos resolviendo. Otra fortaleza es resolver los problemas al conjuntar un gran equipo.
Cuándo los problemas se salen de control ¿cómo lidia con el fracaso? ¿cuál es su filosofía del fracaso?
—Mi filosofía es que siempre hay formas de resolver los fracasos y los fracasos lo que más dejan son enseñanzas, hay que conservar y guardar esas enseñanzas para el futuro. Recuerdo que decía mi papá en una de las crisis que le tocó vivir: “de estas crisis saldrán mexicanos mejor preparados”. Cuando hay algún fracaso siempre deja una solidez para adelante.
A mi me tocó cuando empezaba en los negocios entré a uno en Houston. Iba muy bien, pero de repente se fue para abajo. Entonces llegué con mi papá y le dije ayúdame, necesitamos elevar el capital, pero me dijo: no, porque si no lo sacan así ya no va a salir nunca. Le dije que tenía toda la razón y fui con mis socios, todos siguieron mi ejemplo. Después mi papá me dijo: “este es tu primer fracaso, será el primero de muchos, o sea que toma fuerza, hay que tomar experiencia para tener pocos en la vida”.