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El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, se pronunció porque los sectores público, privado, social y ciudadano se comprometan a emprender en 2016 un "revolución ética".
"México necesita poner a la ética como eje rector de la vida pública. Una revolución ética, desde la sociedad, pero en todos los ámbitos de convivencia. Que 2016 sea el inicio del cambio más trascendente y transformador que podemos hacer", apuntó.
El nuevo dirigente de la cúpula empresarial del país consideró necesario compartir el propósito de iniciar un verdadero esfuerzo nacional por la legalidad y la lucha contra la corrupción, la opacidad, los abusos y la impunidad.
Añadió que, junto con el nuevo sistema de justicia, en 2016 tiene que quedar listo el andamiaje institucional de transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción, desde los estados, a los municipios, y a la federación, de acuerdo con los plazos establecidos en la Constitución.
"Hagamos el compromiso, ciudadanos y políticos, de no permitir que la efervescencia electoral, las aspiraciones personales y la competencia partidista contaminen las tareas trascendentes e inaplazables en torno a los grandes retos nacionales que todos tenemos", apuntó.
Manifestó que el voto tiene sus tiempos, por lo que es urgente que todos se concentren en lo que les corresponde hacer hoy para superar los desafíos de México.
"Un propósito fundamental debe ser defender, promover y vivir los principios y valores básicos como baluartes ante la incertidumbre o la demagogia. Democracia, libertades políticas y económicas, solidaridad y subsidiariedad; la persona, el ciudadano en el centro de la actividad política y empresarial", ponderó.
Juan Pablo Castañón recordó que en la vertiente política y social, en junio de 2016 se vence el plazo para la implementación completa de la reforma del sistema penal de 2009, la cual estimó fundamental la prioridad de fortalecer las instituciones del Estado mexicano y de la legalidad.
