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La decisión de Gonvarri de desistir de entrar en el capital de Abengoa precipitó ayer a la compañía andaluza a anunciar que presentará de manera inmediata la solicitud de preconcurso de acreedores con la intención de usar los cuatro meses disponibles para trazar un plan financiero que le permita salir del atolladero en el que se encuentra, pese a disponer de una cartera de proyectos de ingeniería y construcción récord por casi 8 mil 800 millones de euros.
Si la multinacional que todavía controla la familia Benjumea no halla una solución en este tiempo, se consumará el mayor concurso de acreedores de la historia de España, con una deuda financiera bruta oficial de 8 mil 903 millones de euros, por delante de Martinsa Fadesa, que sin embargo podría superar los 20 mil millones. El gobierno, entretanto, presiona para que acreedores y empresa encuentren una salida que salve a la mayor empresa de Andalucía, que emplea a 24 mil 225 en el mundo (5 mil 571 en España).
Abengoa cifra su deuda total bruta en 8 mil 903 millones, con un costo medio de 7%. De esta cifra, la mayor partida es deuda corporativa, por un importe de 5 mil 828 millones a un costo medio de 7.6%. El importe recoge también 2 mil 57 millones de deuda sin recurso en proceso con costo de 6% y otros mil 18 millones de deuda sin recurso y costo de 6.6%.
No obstante, el conjunto de pasivos del grupo sevillano supera los 20 mil 71 millones, según sus cuentas financieras del tercer trimestre del año.
Ayer Fitch rebajó el rating de la deuda a largo plazo de Abengoa desde ‘B’ a ‘CC’, dentro del grado de alto riesgo, al considerar que su deuda está en ‘situación cercana a la insolvencia’. Fitch se anticipa así a Moody’s, que había advertido de los riesgos de la firma.
Con el preconcurso de acreedores, Abengoa lanza una patada hacia adelante para ganar tiempo. Cuatro alternativas se vislumbran para la compañía. La ideal sería encontrar un socio que entre en el capital de la compañía con participación relevante.
Otra sería que los bancos canjearan la deuda por acciones y hacerse con el control de la compañía. Para ello sería necesaria una importante quita y, en este momento, esto no se ha puesto sobre la mesa de negociación, según fuentes financieras.
La tercera sería que Abengoa proponga un plan de viabilidad que convenza a la banca.
Y, la cuarta opción, es la liquidación definitiva de la empresa. Un extremo que desde el Gobierno central y de Andalucía quieren evitar a toda costa. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, instó ayer a la compañía andaluza a salvaguardar el empleo.
Entretanto, Abengoa envió ayer un comunicado interno para tranquilizar a la plantilla.