Volkswagen aseguró el miércoles que necesitará tiempo para llegar al fondo del escándalo por la manipulación de pruebas de emisiones de gases de sus motores diesel, horas antes de que la firma alemana informe de sus hallazgos a reguladores germanos y legisladores estadounidenses.
Más de dos semanas después de admitir haber manipulado las pruebas realizadas en Estados Unidos, la mayor automotriz europea está bajo presión para identificar a los responsables, informar cómo serán reparados los autos con el software ilegal y si el engaño incluye también a Europa.
"No es útil para nadie la especulación o informes de progresos preliminares o vagos", afirmó en una conferencia de prensa Hans Dieter Poetsch, tras ser confirmado como el nuevo presidente de la compañía.
"Por tanto, necesitaremos algo de tiempo hasta tener resultados factibles y fiables, para darles información completa", agregó, declinando aceptar preguntas.
Más tarde el miércoles, Volkswagen presentará un plan ante el órgano supervisor germano KBA contando cómo hará que sus vehículos diésel cumplan las leyes de emisiones.
El jueves, el máximo ejecutivo de VW en Estados Unidos, Michael Horn, testificará ante un panel del Congreso.
Ambos acontecimientos llegan mientras se apilan las investigaciones y las demandas contra la compañía.
Poetsch habló con los periodistas después de que la junta supervisora de la automotriz, compuesta por 20 personas, se reunió en su sede en Wolfsburgo para discutir el progreso de su investigación interna sobre la mayor crisis empresarial en los 78 años de historia de la compañía.
cfe