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El bajo crecimiento de la economía y problemas estructurales que prevalecen en México respecto al cobro de garantías, complican alcanzar la meta de penetración de crédito de 40% como proporción del PIB, aseguró la empresa calificadora Fitch.
Alejandro García, director de instituciones financieras para América Latina de la compañía, señaló que si la economía mexicana creciera a tasas constantes de 3%, esto se reflejaría en tasas de doble dígito en el comportamiento del crédito de la banca en México. Sin embargo, esto provocaría crecimientos de 1.5 a 2 puntos porcentuales por año, con lo cual al final de la administración actual no se alcanzaría la meta que se impuso el gobierno mexicano como parte de los principales objetivos de la reforma financiera.
“El crecimiento de la economía ya trasladado en puntos porcentuales del grado de intermediación bancaria significaría ganar máximo 2% de penetración con respecto al Producto Interno Bruto al año. Es poco probable, difícil y muy ambicioso llegar a la meta de 40% en algo que ya está a la vuelta de tres años”, dijo el especialista.
Así, al terminar la actual administración se podría alcanzar como máximo un 35% de penetración del crédito en el país, destacó García.
En términos generales, el especialista consideró que el sector bancario mexicano atraviesa un buen momento, con una recuperación del crédito que registra crecimientos tres veces mayores al desempeño macroeconómico del país.
“El peor momento parece haber quedado atrás. Se observa una parcial mejora en las métricas de los bancos, con un escenario estable pero por debajo de su potencial”, dijo.
Ve riesgos por alza de tasas. Sin embargo, los cambios esperados en la política monetaria de Estados Unidos han provocado que haya cautela en el otorgamiento de crédito para grandes proyectos, principalmente los derivados por el sector energético, enrarecido también por la caída en los precios del petróleo, con lo cual tanto los bancos que operan en México y fuera del territorio esperan mayor tranquilidad en los mercados.
García dijo que en el momento en que se dé la esperada alza de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, habrá una minusvalía que se reflejará de inmediato en las operaciones de los bancos, principalmente en bonos o instrumentos de inversión que diariamente registran movimientos en su tasa de interés.
Sin embargo, en el mediano plazo los bancos presentarán buenos números como consecuencia del cambio en la política monetaria del vecino país.
Además, García mencionó que la morosidad que existe de la banca en México se ha mantenido estable en los últimos meses, con excepción de los segmentos de bajo poder adquisitivo, los cuales han visto un impacto directo en su ingreso ante la situación económica actual, lo que se ha reflejado en el atraso del pago de sus créditos contratados con la banca.