El director ejecutivo de Volkswagen en el Reino Unido, Paul Willis, se comprometió hoy en el Parlamento británico a "remediar por completo" los problemas de los consumidores a raíz del escándalo sobre las emisiones en los vehículos de la firma alemana.

Willis admitió ante las preguntas de los diputados en el comité de Auditoría Medioambiental de la Cámara de los Comunes que "el nivel de información para los consumidores debe ser más rápido y debe mejorarse".

"Junto con mi dedicado equipo, prometo remediar por completo este problema, hacer lo correcto y recobrar la confianza en nuestra marca", afirmó.

El responsable de la filial británica no aclaró si Volkswagen planea entregar una compensación a los propietarios de uno de los 1.2 millones de vehículos en el país en los que se instaló un dispositivo para manipular sus emisiones.

Willis consideró "prematuro" hablar sobre indemnizaciones por la eventual pérdida de valor de los vehículos perjudicados, el mismo día en el que una encuesta apunta a que nueve de cada diez afectados británicos creen que deberían recibir una compensación.

"Continuamos trabajando con cautela y diligencia para arreglar los motores afectados. El fin de semana pasado comenzamos a enviar cartas a cada uno de los consumidores perjudicados", afirmó el director ejecutivo en la comisión parlamentaria.

"Es fundamental que nuestros clientes sepan que nos estamos ocupando de este asunto y de solventar esta cuestión", dijo Willis.

El responsable de la firma en el Reino Unido sostuvo que el objetivo de Volkswagen es convertirse "en el mayor fabricante de vehículos sostenibles del mundo en 2018".

A finales de septiembre, la empresa confirmó que el software para modificar las emisiones del motor diesel EA 189 EU5 se instaló en el Reino Unido en vehículos de marcas Volkswagen, Seat, Audi, Skoda y Volkswagen Vehículos Comerciales.

La marca ha engañado de forma sistemática, al menos desde 2009 y hasta 2014, instalando un software en los motores diesel que permite al vehículo reconocer que está pasando una prueba y altera el régimen del motor para emitir menos gases contaminantes (óxido de nitrógeno).

El problema afecta en total a once millones de vehículos en todo el mundo.

La marca aseguró que todos esos automóviles "son seguros" y pueden mantenerse en circulación hasta que se desinstale el mecanismo que adultera el funcionamiento del motor.

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