maria.saldana@eluniversal.com.mx

En México urge una política de fomento, pero también acciones que reduzcan la corrupción e inseguridad, indicó el presidente de fomento industrial de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Juan Manuel Chaparro Romero.

Pese a que las industrias automotriz y aeroespacial registran crecimiento, otras como construcción, minería y algunas manufacturas viven momentos difíciles, dijo.

Pues en los últimos cuatro años cerraron mil 800 empresas de manufacturas metal-mecánicas.

También presentan contracción en el mercado interno los muebles metálicos, maquinaria y accesorios para la industria alimentaria y equipos de protección personal, entre otros.

Por ejemplo, la construcción sufre por el recorte presupuestal al gasto en infraestructura, los subejercicios y lentitud en el lanzamiento de algunas obras, además de la corrupción en licitaciones. En tanto, la minería atraviesa una situación crítica porque acumula siete trimestres con crecimientos negativos, explicó Chaparro Romero.

Con todo ello, la actividad industrial tuvo un aumento en el primer semestre de este año de 1%, y su dato anualizado fue de 2.2% a junio pasado.

Sin embargo, hay dos distintos comportamientos, por una parte están las manufacturas ligadas al sector exportador, y las que dependen del mercado interno, el cual sigue desalentado.

“Las empresas del sector metal-mecánico, que de alguna manera ya conforman parte de la proveeduría directa hacia los sectores automotriz, el de autopartes, aeronáutico y de telecomunicaciones, han logrado crecimientos en sus producciones y ventas que se encuentran en un rango de entre 4% y 12%”, afirmó Chaparro Romero.

Destacan las empresas fabriles en estados como Querétaro, Chihuahua, Nayarit, Nuevo León, dijo.

En tanto, las empresas manufactureras nacionales tienen dificultades para despegar, en especial las metal-mecánicas, que suman 23 mil 120 empresas, es decir, 10 mil menos que hace 10 años, y muchas de éstas trabajan a 60% de su capacidad.

Además, muchas “no han logrado ser competitivas ante los productos de origen asiático importados de baja calidad y subsidiados por sus países, como China; otras cambiaron de giro, o cerraron por las amenazas del crimen organizado, por no acceder a pagar o seguir pagando derecho de piso”.

También se han visto afectadas por la falta de apoyo gubernamental al financiamiento para reconvertir o modernizar su maquinaria y equipos, y por depender de componentes importados, por lo que ya no generarán mayor demanda de mano de obra “como una planta productiva en activo”.

La mayoría de estas empresas ajustó sus esquemas productivos y de promoción comercial, para retomar el camino de la recuperación que les permita alcanzar los niveles de fabricación que tenían en 2007, previo a la crisis económica y financiera global.

“Esto nos lleva a concluir que los efectos de una desaceleración económica perduran por años”, recalcó.

Chaparro Romero propuso que el gobierno y los empresarios se coordinen para trabajar bajo una política de fomento industrial integral, para reactivar la planta productiva.

A su vez, las empresas deben fabricar productos cumpliendo con estándares de fabricación, certificarlos, no permitir actos de corrupción, cumplir sus obligaciones fiscales, destacó.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses