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Trabajar de manera remota representa el mayor deseo de los trabajadores, no sólo en México, sino alrededor del mundo. En el caso concreto del país, 48% estaría dispuesto a cambiar de trabajo si le ofrecieran la posibilidad de laborar a distancia, según un estudio de Citrix. En concreto, 42% cree que si trabajara en casa sería más productivo que en su oficina.
Trabajar en casa es muy valorado por ambas partes. Tanto por las organizaciones por ser una estrategia para retener talento y además, reducir costos; como por los empleados, los cuales la observan como una herramienta para mejorar su balance de vida-trabajo y ser más productivos.
En general, hay evidencias de que trabajar de manera remota permite reducir los tiempos de traslado, mejora la organización del tiempo y el balance vida-trabajo, además de que aumenta la productividad.
Pero, trabajar de manera remota, incluido el hacerlo en casa, ha demostrado tener un lado oscuro. El estudio Trabajar en cualquier momento y en cualquier lugar: Los efectos en el mundo del trabajo, realizado por la Organización Internacional del Trabajo en 15 países, encontró que laborando de manera remota se ocupan más horas y se llega a revolver tanto la vida personal con el empleo, que éste se vuelve demasiado.
Pero no sólo esto, sino que los que trabajaron de manera remota, sea en casa o en otro lugar, 41% reportó altos niveles de estrés, frente a 25% de los que trabajan en oficina. En concreto, casi la mitad de aquellos que trabajan en casa de forma regular lidian con problemas de sueño y se despiertan varias veces por la noche (42%); en contraparte, sólo 29% de los que están en un escritorio lo sufren.
¿Quién es el culpable? De alguna manera, puede decirse que la manera en la que se usa la tecnología, porque más allá de las ventajas que ofrece el desarrollo tecnológico al trabajo, éste también representa una manera “borrar los límites entre la vida y el trabajo”. El grado de esta situación depende de la interacción que se tenga con la tecnología, el lugar y el ambiente en el que se desenvuelva, según señala el reporte.
“Trabajar en casa tiene su lado oscuro. Luego se dan cuenta que no es tan positivo cómo se pensaba”, explica Cati Cerda, directora de Regus México y experta en flexibilidad laboral.
En general, la clave para que el trabajo flexible funcione es que los colaboradores tengan un ambiente profesional que pueda hacer que sean productivos. De acuerdo con lo que encontró Regus en un estudio en el que analizó a los colaboradores que trabajan desde casa y que, como parte de sus principales hallazgos, detectó que los que laboran desde casa tienen varios sentimientos negativos. Entre éstos, miedo de sentirse solos, de subir de peso y de aislarse profesionalmente.
Pero éstos son sólo algunos de los inconvenientes. A veces trabajar en casa también afecta a la familia, porque ésta puede resentir el que ellos estén en casa todo el tiempo. Los miembros sienten que el trabajador acapara mucho espacio dentro de la casa para trabajar y los colaboradores se dan cuenta: 29% siente que su familia resiente el que ellos tomen una parte de la casa. A esto se le suma que la convivencia puede volverse complicada debido a que la familia deje de respetar los espacios dedicados para este fin.
“Mucha cercanía puede generar descontento”, señala el estudio. Y no sólo descontento, sino que infravaloración del trabajo también. 39% piensa que sus familiares han dejado de tomar en serio su trabajo debido a que lo hacen en casa.
Pero también la empresa puede salir afectada. “Los que trabajan en casa pueden perder esa identidad con la compañía, porque están aislados, no tienen interacción con el mundo corporativo, lo que te ayuda a estar a la vanguardia. Hay información que sucede en las oficinas que no necesariamente está publicada en un e-mail”, asegura Cerda. 74% se siente aislado y siente que le hace falta el intercambio con sus compañeros de trabajo. Pero cuando se trabaja en casa durante varios días seguidos, no sólo se necesita intercambio con compañeros de trabajo sin en realidad se necesita intercambiar comunicación con el mundo.
Y esto lo reflejó la encuesta de Regus, la cual arrojó que 38% se siente solo, necesita salir, arreglarse y cambiarse de ropa. “Esto puede deprimir al empleado”, explica Cati Cerda.
No menos importante es que los que laboran desde casa tienen el refrigerador a la mano, por lo que tienen la posibilidad de subir de peso debido a estar comiendo botanas poco saludables de manera frecuente. “Los trabajadores frecuentemente encuentran el refrigerador muy duro de resistir”, sostiene el estudio.
En México
Los trabajadores mexicanos cada vez le dan más importancia a la flexibilidad en el trabajo. 83% prefiere un empleo con horario flexible e incluso casi la mitad dejaría su trabajo por uno que sí le ofreciera esta opción y piensa que sería más productivo si laborara concretamente en casa.
Y como parte de una transformación, en el país se está empezando a apostar por este tipo de trabajo. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) se ha pronunciado por aumentar el home office en la Ciudad de México, lo cual, según sus estudios, asegura, aumenta en 28% la productividad de los trabajadores.
Esto fue presentado por la Coparmex como alternativa a los días en los que el ambiente está demasiado contaminado. El trabajo en casa reduciría tanto los tiempos de traslado como el número de automóviles en las calles. Actualmente hay empresas que fomentan este tipo de políticas, por ejemplo, Microsoft. Hace unos meses esta empresa se pronunció por los beneficios que reporta el laborar en casa, lo cual, además de aumentar su productividad, sostuvo uno de sus directivos, reduce también costos para la empresa.
Pero no es la única. 61% de las organizaciones mexicanas utiliza esta herramienta, principalmente para atraer talento y retener al que tiene trabajando en sus filas —uno de los principales retos a los que se enfrentan hoy las empresas— según encontró otro estudio de Regus.
¿Cómo evitar el lado oscuro?
Si bien los trabajadores pueden poner de su parte dedicando un espacio especial en su hogar para trabajar, creando una rutina, vistiéndose formal, buscando la interacción con otros colegas y fomentando la comunicación con sus oficinas, el mejorar la forma de realizar home office dista mucho de ser una labor que compete en exclusiva al colaborador.
La recomendación de cómo hacer un buen home office va más allá de ello e involucra tanto a las organizaciones como a los propios gobiernos. Así, los estudios en la materia coinciden en que es una labor tanto gubernamental al elaborar políticas públicas que favorezcan el trabajo a tiempo parcial y que eviten las horas excesivas de trabajo en casa, como de las empresas al respaldar al empleado, según enumera el estudio realizado por la Organización Mundial del Trabajo.
Las organizaciones lo pueden hacer de múltiples maneras. Tanto al supervisar su salud y entorno laboral en casa, como al propiciar que el colaborador se involucre en actividades y se integre en dinámicas en las que participan sus demás compañeros. “Parecería que si mandas a un empleado a hacer home office es porque a él le corresponde hacerlo todo y no, la empresa tiene que participar al lado del empleado”, señala Cati.