En México la gente trabaja muchas horas. Pero pareciera que gran parte de ese tiempo se fuera directamente a la basura porque no somos lo suficientemente productivos. Somos los que pasamos más tiempo trabajando pero estamos en el suelo de las mediciones de productividad a nivel global.

Nuestro país es el que pasa más horas tras el escritorio: 2 mil 246, seguido por Costa Rica, Corea y Grecia, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Para tener un punto de comparación: Los alemanes trabajaron 875 horas menos que los mexicanos. Es decir, nosotros trabajamos cinco meses más (si se toman en cuenta jornadas laborales semanales de 40 horas) al año.

¿Qué es lo que sucede con nosotros que no producimos lo necesario para trabajar menos y vivir mejor? Hay muchas razones que hacen a nuestros trabajadores muy poco productivos si son comparados con el resto de la fuerza laboral a nivel mundial.

Primero, que el personal mexicano no está lo suficientemente calificado para encajar con los requerimientos de las organizaciones.

“El mediocre desempeño de México en términos de productividad puede explicarse, al menos en parte, por el bajo nivel de competencias de su fuerza laboral”, sentencia el estudio Políticas Prioritarias para fomentar las habilidades de los mexicanos para la productividad y la innovación, realizado por esa organización. Lo que sucede es que el nivel de educación de la fuerza laboral es muy bajo. Por ejemplo, se sitúa por debajo del promedio de la OCDE.

La gente no está bien educada. Las competencias no encajan con lo que las empresas están buscando. El problema es que los candidatos no tienen las habilidades suficientes ni las necesarias para encajar en lo que las compañías están pidiendo. Hay una oferta que no encaja con
la demanda.

El Reporte Laboral 2015 de la consultora Hays vaticina un escenario muy poco alentador: Si no se ataja esta escasez de talento que sufre México, tarde o temprano habrá un “punto de quiebre”. Es decir, habrá una polarización entre la Población Económicamente Activa. Aquellos muy capacitados se volverán cada vez más caros para las organizaciones, golpeando duramente a la productividad de las empresas mexicanas.

Poco compromiso

Aunado a que algunos no están bien capacitados, también se encuentra el bajo nivel de compromiso que persiste entre los trabajadores mexicanos. Y es que el compromiso con la empresa y con el trabajo que se hace es un motor cuando se habla de productividad.

Un estudio de Gallup encontró que en los grupos de trabajo que tienen altos niveles de compromiso experimentan 22% más rentabilidad y 21% más productividad que otros con niveles bajos de compromiso. Adicionalmente, tienen 65% menos de rotación.

“El compromiso es crítico para generar los niveles correctos de motivación para los empleados, para que ellos estén dispuestos a hacer un esfuerzo adicional”, sostiene el estudio “¿El compromiso de los empleados es el impulsor del éxito?”, realizado por el Workforce Institute de Kronos y Coleman Parkes Research y generar este compromiso representa un “desafío” para muchas empresas.

“Todo esto presenta una panorámica para las grandes empresas en México, las cuales necesitan crear un verdadero nivel de compromiso individual de empleados que hasta ahora no ha sido observado previamente en la mayoría de compañías”, sentencia este documento.

En este sentido, el análisis asegura que los directivos de las empresas necesitan analizar estos aspectos que hacen a los empleados comprometidos, lo cual a su vez hace que las empresas crezcan.

Los empleados mexicanos no necesitan más dinero, sino que se trata de optimizar los roles de cada empleado, eliminar las tareas administrativas no deseadas y en general, de administrar la fuerza laboral de una mejor forma, usando a la tecnología como aliada para lograr que ellos se comprometan, explica el estudio.

Mucha carga administrativa

Así, las empresas no están ayudando a sus empleados. Ellos invierten en promedio 3.4 horas por semana en tareas que no están relacionadas con sus funciones laborales (entre ellas mayormente tareas administrativas) lo que genera que se pierda una productividad calculada en más de 815 mil pesos al año, lo que representa 6.5% de una semana laboral de 40 horas. Este porcentaje representa un costo anual por empleado de 15 mil 990 pesos, según Kronos.

¿Por qué los trabajadores mexicanos pasan este tiempo en tareas administrativas y que no agregan valor? Jaime Cardoso, director de Marketing Latinoamérica, explica que los trabajadores mexicanos “están dedicados a cosas que no se les dice que hagan o no tienen claras las directrices de lo que tienen que hacer o el rol
que tienen que cumplir, así como sus objetivos y sus funciones”.

El día laboral se está volviendo muy complejo: Hay muchas tareas administrativas, hay procesos muy complicados y poca comunicación entre departamentos. De manera cotidiana, los trabajadores enfrentan días difíciles debido a distintas causas. Hay personal insuficiente para hacer las tareas y esto se auna al personal poco calificado que se inserta en esta crisis de talento tan latente en nuestro país. Sólo 24% hace sus tareas sin dificultad. Aunado a esto, se suma también la presión gerencial que sufren los colaboradores, la cual es vivida por 62% de los encuestados por Kronos.

“Con demasiados procesos, falta de personal calificado, problemas para mantener consistentemente altos niveles de servicio a clientes durante periodos de alta ocupación, una carga de trabajo pesada y política interna y usted tendrá una tormenta perfecta de presión”, sostiene el estudio. Reducir el tiempo que se desperdicia en una hora por empleado y por semana, ahorraría seis mil 150 pesos por empleado al año.

En búsqueda del tiempo perdido

Los mexicanos quieren recuperar este tiempo, ya que esto les permitiría tener más horas para pensar de forma estratégica y planear, enfocarse en tareas más importantes y en clientes, además de trabajar menos horas extras.

“57% de los trabajadores mexicanos desearían invertir el tiempo recuperado con la familia y con amigos, lo cual nuevamente conduciría a una fuerza laboral más motivada y comprometida que no solamente está trabajando horas extras para cumplir con el trabajo del día”, apunta el estudio de Kronos.

Los trabajadores mexicanos quieren balancear mejor su vida porque les falta más tiempo con su familia o en actividades de ocio. Y es que ese tiempo es sumamente valioso. Y en México, este aspecto es por demás precario. Cerca de 28% de los empleados tiene un horario de trabajo muy largo.

En este sentido, esta organización señala como un desafío el que los trabajadores mexicanos encuentren el equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida diaria.

“No se trata de cuánto tiempo laboras sino qué haces en esas horas. Se trata no sólo de que las personas se vayan a tiempo sino de que tengan tiempo de disfrutar a su familia”, asegura
el especialista.

Uno de los aspectos que puede ayudar a mejorar la productividad es la flexibilidad laboral. Ésta permite que las personas estén más tiempo con sus familias y que en consecuencia, estén más felices y motivadas.

Incluso la flexibilidad laboral le ayuda a las empresas como una forma de atraer talento. “Si las empresas ofrecen ubicaciones y horarios flexibles, podrán conseguir mayor productividad y satisfacción de su talento”, sostiene Regus en un comunicado al respecto.

Después de esta disección, es posible entender la baja productividad que persiste en México. Por desgracia, la solución no se encuentra solamente en el individuo, sino que es una confluencia de causas que hacen que nuestro país no pueda avanzar lo que debería.

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