Si vienes de una organización grande y vas a entrar a una pyme, es muy probable que te encuentres con una empresa familiar. En México, de las 5.1 millones de unidades que dan empleo, 99% corresponden al modelo familiar, según explica un estudio de KPMG.

Este tipo de organizaciones tienen un funcionamiento muy particular, porque no sólo se mueven bajo dinámicas de mercado y de empresa, sino también están influidas por el factor familia y de hecho, éste es su principal motor. Esto lo demostró el estudio Soluciones para familias empresarias, el cual demostró que a la hora de tomar decisiones estratégicas, el objetivo fundamental de las familias empresarias era proteger el “stock de riqueza socioemocional”, aun cuando ello implicara renunciar a la creación de valor financiero.

Este “stock de riqueza socioemocional” son todos los factores relacionados con la familia y con los afectos y sentimientos de ésta tanto entre sus miembros como hacia la empresa misma.

¿Buena o mala experiencia? “Depende de si existen o no reglas. Es como un volado. Si en la empresa familiar está clara en que son familia pero tienen una estructura laboral, vas a estar tranquilo y poder desarrollarte. Pero si por el contrario no existen y tienes que preocuparte porque ya llegó el yerno y va a quitarte tu lugar, estarás en problemas”, explica Arturo Chávez, coach de la Business Coaching Firm, una aceleradora de empresas reconocida por la Secretaría de Economía.

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