Ellos son irrespetuosos, no trabajan duro y esperan obtener reconocimientos de inmediato. Las generaciones más adultas del mundo laboral suelen tener estas quejas sobre aquellos colaboradores más jóvenes que hoy son mayoría y que dominarán el futuro de la escena profesional: los millennials.

Ellos (nacidos a partir de los años 80 y hasta el 2000, las fechas varían según los estudios) y su forma de ser están envueltos en éstos y otros mitos que los hacen objeto de conflictos intergeneracionales dentro de la oficina.

Pero basta con conocerlos para saber tratarlos. “Detrás de cada mito, tenemos que manejar la frustración para mejorar el increíble talento que los millennials traen a la escena laboral”, explica Lee Caraher en el libro Millennials y la gestión. La guía esencial para hacer que funcione en el trabajo.

¿Por qué es importante esta generación? El estudio Millennials en el trabajo. Reconfigurando el espacio de trabajo de la consultoría PwC lo explica: “Los nacidos entre 1980 y 2000, que están hoy empleándose en grandes números, van a conformar el mundo del trabajo en los años que vienen”, sostiene. Por lo que atraer a los mejores trabajadores de estas edades es “crítico” para el futuro de las empresas.

Uno de los aspectos principales ante el que se van a topar los empleadores de un millennial es su permanencia en la empresa.

“Las compañías se preguntan si capacitar o no a alguien que se va a ir a la primera situación que no le guste. Pero ya hay muchos jefes de recursos humanos que cambian la estrategia para ver cómo aprovechar al máximo y ya no mirar hacia el futuro”, explica Fabricia Antúnez, directora de Page Personnel.

Así, por naturaleza, suelen ser “saltamontes” laborales. Los que abandonan las organizaciones de manera voluntaria más frecuentemente son aquellos pertenecientes a la generación Y (así también se les llama a los millennials), de acuerdo con el Estudio de Saratoga Latinoamérica de la consultoría PwC. Si se sabe manejar, no es perjudicial para la carrera el que a ellos no les guste quedarse mucho en un sólo trabajo, así que la recomendación para los jefes es no desesperarse si dejan la compañía luego de un par de años, sino que más bien deben trazar una estrategia sobre qué ofrecer a ese talento.

Ellos son difíciles de convencer

Antes, un trabajador hacía el trabajo… ¿por qué? Porque era su obligación y porque lo mandaba el jefe. Hoy, esta generación es una que lo cuestiona todo. “Tienes que darles cifras, datos, darles el por qué de las peticiones para que se comprometan”, explica la especialista. Así, un millennial tiene que tener acceso a la información de lo que sucede al interior de la empresa y del por qué de lo que tiene que desempeñar. “Ellos deben sentir que están involucrados en la toma de decisiones porque de otra manera no se van a comprometer”, asegura Fabricia.

Así, hay que tomar en cuenta que ellos no harán sacrificios por la empresa. No lo harán, a menos que estén realmente comprometidos con ésta y quizá ni así porque ellos tienen bien claras sus prioridades, y entre ellas está la de tener un buen balance entre vida- trabajo. Según números de PwC, en 2008, cerca de 75% esperaba tener entre dos y cinco empleadores en su vida, pero el número bajó a 54%, ya que ahora un cuarto espera tener entre seis y más empleadores, a comparación de 10% en 2008.

“Para el balance de vida, ellos esperan esquemas de flexibilidad laboral. Si quieres ponerlos a trabajar de 8 a 5, ellos no van a estar a gusto. Así que es necesario darles libertad para que cumplan los objetivos que tienen dentro de la empresa pero en sus horarios”, explica Fabricia. Esto, si se maneja bien, hará que se conviertan en trabajadores muy productivos. Hay que entender que a ellos no les hace ningún sentido el cumplir horarios de trabajo con la palabra ‘compromiso’ dentro de la empresa, a diferencia de los más grandes, como los baby boomers, aquellos nacidos en la era de la posguerra.

A ellos hay que evaluarlos por medio de resultados porque quieren subir escalones de manera rápida en la jerarquía: ésta es una de las prioridades de ellos, según PwC. 52% contestó que el principal atractivo de un empleador es esta posibilidad, mientras que el salario se encontró en la segunda posición.

No conocen de jerarquías

La forma en la que se suele comunicar esta generación es colaborativa. Es decir, no conciben, tal como lo hacen los baby boomers, el que al jefe se le respeta sólo por el mero hecho de ser el que tiene la autoridad. Los jefes actuales tienen que tener claro que se tienen que ganar el respeto de estos trabajadores.

“Ellos tienen un choque generacional. Antes sólo porque era tu jefe lo respetabas, hoy un millennial es muy crítico con su jefe, si no siente que está siendo formado por esta persona, que se hace su mentor y que le aporta valor agregado y conocimiento, tampoco lo va a respetar. Se tienen que ganar el respeto”, explica Antúnez.

Reconocimiento

También en cuanto a la comunicación, a ellos les gusta que su superior les diga que lo hacen bien. De lo contrario, su motivación puede venirse hacia abajo. De acuerdo con una encuesta realizada por YouEaredit una empresa desarroladora de software que busca generar compromiso laboral, 97% de los encuestados contestaron que la retroalimentación en tiempo real entre pares y también entre las diferentes jerarquías de la empresa tiene el mismo valor que las revisiones de desempeño anuales.

El factor en el que ellos encontraron más compromiso con la compañía es el trabajar con alguien que “impacte en el éxito del equipo” y el último, y vale la pena resaltar este punto, fue el dinero. Es claro que a ellos lo que menos les mueve es el dinero y lo que más es el valor agregado y aprendizaje que alguien pueda ofrecerles en el día a día.

Según resultados de este mismo ejercicio, las experiencias que les pueda ofrecer la firma en la que están, tales como mentoría, yoga, etcétera, los llevan a niveles más altos de compromiso con lo que hacen. Justo en este aspecto es que los líderes de las empresas tienen que poner atención, porque se desmotivan sumamente rápido. “Ellos no enfrentan los sacrificios, si no está bien, me voy; si no me gusta ya no vengo más. Ellos se mueven demasiado rápido”, sostiene la especialista de Page Personnel. Es probable que esto no continúe tan radical en un futuro, debido a que esta fuerza laboral madurará en unos años. De hecho, según la experiencia de Page Personnel, los millennials más grandes (aquellos que ya rondan los 30 años) hoy son menos propensos a cambiarse debido a que en sus años tempranos ya lo hicieron y hoy buscan tener una mayor estabilidad.

La tecnología

Quizá a los mayores les moleste, pero un millennial seguramente estará pegado a su teléfono celular las 24 horas (o casi) del día, así que hay que entender que a ellos les gusta más comunicarse electrónicamente. Según números de PwC, 41% prefiere hacerlo a través de esta vía y no cara a cara o incluso por teléfono.

“Los millennials de manera rutinaria hacen uso de su propia tecnología en el trabajo y tres cuartos de ellos creen que el acceso a ésta los hace más efectivos en el trabajo”, sostiene este estudio. Así que hay que tener paciencia si no dejan de mirar el móvil. Así, no es raro que este tema sea un “catalizador” para conflictos intergeneracionales en el trabajo y que muchos de estos jóvenes trabajadores se sientan “contenidos” por un ambiente laboral rígido en el que las redes sociales y el en general el acceso a la tecnología esté restringido.

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