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Los hechos muestran que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) será ríspida porque el gobierno de Estados Unidos pretende obtener los mejores resultados para ellos, sin importar lo que suceda con Canadá y México, aseguró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Lo anterior queda de manifiesto luego de que el pasado 17 de julio en los objetivos de la renegociación se intuyó que la postura estadounidense es negociar “todo a su favor”.
”Es evidente que Estados Unidos buscará que las negociaciones se inclinen principalmente hacia su beneficio, independientemente de lo que pase con los otros países miembros. Si en el camino también se ven beneficiados, que bien, si no, da igual”, aseguró el CEESP.
En el Análisis Económico Ejecutivo semanal, reconoció que si bien existe la intención de terminar la revisión en siete rondas, para evitar que el proceso electoral incida en el diálogo trilateral, se debe considerar que la administración estadounidense actual parte del hecho de que el tratado “es un fracaso”.
El centro destacó que entre los objetivos preocupa la intención de eliminar el mecanismo de solución de controversias, porque restará margen de maniobra a los países del TLCAN para aplicar medidas comerciales como cuotas antidumping y compensatorias.
Resaltó que también se pretenden modificar las reglas de origen para que se incremente el uso de materiales procedentes de Estados Unidos, “con un claro beneficio para el aparato productivo de ese país, en línea con su percepción de que reglas de origen estrictas apoyan la producción y el empleo”.
Pero en general buscan reducir el déficit comercial de la economía estadounidense, sobre todo el que tienen con México, pero esto no se corregirá porque el problema de origen es que su ahorro interno es mucho menor que su inversión, de tal manera que requiere financiar su faltante a través de mayor gasto en el exterior y financiamiento.
Una solución sería aumentar la inversión en los tres países para sustituir algunos insumos provenientes de fuera de Norteamérica, lo que incrementaría el ingreso en la región, pudiera haber más ahorro y así se pudiera reducir el déficit global de la región, lo que “simultáneamente incrementaría el contenido de insumos de la región en los productos del TLCAN”.
Con el escenario actual se puede inferir que la renegociación causará incertidumbre por lo que puede suceder, “no obstante, la confianza en la capacidad negociadora de México es un activo que genera seguridad en obtener buenos resultados para el país, lo cual contribuye a dar certidumbre a la inversión”, expuso el centro.