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El beneficio económico es un concepto cercano a la riqueza. Una premisa al momento de incursionar en un negocio, es la búsqueda de rentabilidad, la cual permita maximizar ganancias a futuro.
A veces, en ese afán de rentabilidad existe la tentación de omitir el cumplimiento de las obligaciones fiscales, de no actuar conforme al deber ser en términos jurídicos y mediante el uso de engaños o aprovechamiento de errores, se evita el pago parcial o total de una contribución. En otras ocasiones, se pierde de vista que toda ganancia genera un impuesto por pagar y que todo gravamen contribuye a la economía, retribución que lamentablemente a veces se busca omitir.
Nuestro marco fiscal concibe a la evasión bajo el concepto de defraudación fiscal, al que integra locuciones usadas en convenios y acuerdos internacionales celebrados con diversos países, además de contar con una extensa red de vocablos que nuestra autoridad recaudadora señala al evitar, combatir y luchar contra estas malas prácticas como parte de su programa anual de mejora continua.
Por su parte, el Código Fiscal de la Federación señala como delito la defraudación fiscal cuando se presume la existencia de ingresos derivados de operaciones con recursos de procedencia ilícita. Cabe mencionar que existen diversos métodos que ayudan a medir la evasión y en nuestro país se utiliza el método de información cruzada, consistente en enlazar los datos agregados registrados por diversas administraciones tributarias con otras bases de datos, siendo un proceso económico y rentable que permite realizar estimaciones razonables y seguras que orientan los esfuerzos de la fiscalización; lo anterior, de acuerdo a estudios sobre medición de la evasión, realizados por diversas instituciones académicas y publicados en la página de internet del SAT.
Ante ese tipo de escenarios, el SAT ha delineado estrategias revolucionarias en tecnología con el objetivo de acelerar la tendencia de reducir la evasión y de acuerdo a su plan estratégico 2014-2018, ha fijado metas para fortalecer medidas preventivas y proactivas desde las primeras etapas de la planeación fiscal del contribuyente.
En este sentido, el compromiso es hacer cumplir las obligaciones fiscales con la plena certeza de que las sanciones serán aplicadas con el rigor de la ley, haciendo uso de las facultades otorgadas, establecidas y aprobadas por el Congreso de la Unión.
Como sabemos, en nuestro país hay un claro ejemplo de evasión fiscal y es la informalidad, también llamada economía subterránea, la cual tiene fuerte presencia a nivel nacional; estamos acostumbrados a ver actividades informales en cada esquina y definitivamente, no es el entorno económico que deseamos y por ello el IMEF expresa su rechazo estas práctica, utilizada como lucrativa forma de hacer negocios.
Una de las medidas adoptadas para combatir a la informalidad, ha sido la menor presión tributaria en la fase inicial del negocio, esto mientras se integra al régimen de Incorporación Fiscal, permitiendo mayor recaudación y mayor redistribución del ingreso. Además, en 2014 el gobierno de la República emitió una iniciativa bautizada “Crezcamos Juntos”, para impulsar la economía de las familias mexicanas y su desarrollo, favoreciendo la transición de la informalidad a la formalidad.
A través de esta medida es posible inscribirse a servicios médicos y de seguridad social del IMSS, obtener un crédito hipotecario del Infonavit, ocupar créditos financieros por medio de Nacional Financiera (Nafin), accesos al Fonacot y contar con los apoyos que otorga el Instituto Nacional del Emprendedor.
Se otorgan beneficios atractivos en temas de ISR, IVA y IEPS, así como la disposición de una plataforma gratuita denominada “Mis Cuentas” donde pueden llevar un registro de los gastos e ingresos que incurren, generación de facturas y consulta de facturas recibidas.
Aun así y de acuerdo con datos del Inegi, el número de personas en el sector informal se ubicó en 29.1 millones, lo que representa 57.4% de la población ocupada. Si bien estas cifras nos indican que el problema está lejos de desaparecer, en el IMEF consideramos que sí es posible disminuirlo mediante el fortalecimiento de la capacitación y ética de la figura pública.
Cabe mencionar que las sanciones previstas en el marco legal actúan para desincentivar la conducta de evasión por parte de los contribuyentes, estas sanciones dejan en claro el riesgo que enfrenta el infractor al incumplir con las obligaciones fiscales.
Bajo este contexto, el IMEF reitera la trascendencia de combatir a la informalidad, lo cual sin duda ayudará a fortalecer al sistema tributario del país.
Presidente IMEF Coahuila Sureste
Email: anarvaez@narvaezconsultores.com