Luis García Peña, presidente local del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), estimó que un eventual triunfo de Donald Trump podría devaluar el peso hasta más allá de los 20 por dólar, aunque ya en el mediano plazo, podría establecerse una paridad más racional, porque una cosa es lo que se dice en campaña y otra lo que ocurre a la hora de gobernar.

García Peña comentó lo anterior en rueda de prensa donde anunció el “IMEF Business Summit” del nueve al once de noviembre, un encuentro donde estarán entre otros el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, varios capitanes de empresa y los aspirantes presidenciales Andrés Manuel López Obrador, Margarita Zavala, Jorge Castañeda y Jaime Rodríguez Calderón.

El líder del IMEF explicó que el tipo de cambio está reaccionando al tema electoral en Estados Unidos, y ha pasado por un episodio de debilidad en los últimos 18-20 meses, por la expectativa de que las tasas de interés suban en Estados Unidos.

Hay que recordar que en 2008 cuando empezó la crisis financiera en el vecino país, una de las medidas que puso en marcha su banco central, fue bajar las tasas de interés al mínimo posible e inyectar todos los dólares posibles para que los bancos y los consumidores pudieran tener acceso al crédito, agregó.

“Cuando esto ocurrió, muchos de esos recursos salieron de Estados Unidos y buscaron mejores tasas de interés en otros países como México y mucho de ese flujo de capitales, llegó a nuestro mercado a comprar acciones, bonos e incluso a realizar inversiones inmobiliarias”, asentó.

Mientras el dinero estaba muy barato, dijo, ese flujo de capitales que salía de Estados Unidos, buscaba premio en otras economías, pero una vez que la economía estadounidense se recupera y que el empleo tiene mejor semblante, la receta médica de poca tasa y poco dinero, cambia.

“Hoy la expectativa es que esa tasa de interés empiece a subir y esos dólares que salieron a otros mercados empiecen a regresar al país del norte y por eso el dólar se ha fortalecido contra casi todas las monedas del mundo”, aseveró.

Pero el peso además tiene otra característica: queríamos que fuera famoso, pues lo logramos, y hoy tenemos una de las monedas más líquidas del mundo. Se puede operar en los mercados de Singapur, Chicago, o de Latinoamérica prácticamente en “24/7” es decir casi a todas horas de todos los días, y esto hace que muchos especuladores usen al peso para sus operaciones.

En ese sentido, dijo García Peña, si Donald Trump sube en sus posibilidades de ganar las elecciones, el mercado ataca al peso, porque los analistas estiman que si llega a la Casa Blanca, México tendría que lidiar con una agenda por demás complicada.

Esto hace que los bancos de inversión o los fondos, en un ánimo de especular, usen al peso como una herramienta para ganar dinero, mientras en el proceso electoral de Estados Unidos haya esta volatilidad sobre quién va ganando.

Por eso la última semana vimos que nuestra moneda se movió de 18:30 a 19:35 en el interbancario, lo cual es producto no de la diferencia de tasas de interés o de inflación entre el peso y el dólar, sino de la especulación de la que el peso sigue siendo objeto por su liquidez y por la expectativa electoral.

García Peña admitió que la cercanía de Trump a la Oficina Oval, no augura estabilidad cambiaria para México en el corto plazo, aunque en el mediano plazo iremos viendo la racionalidad de lo que ha ocurrido, porque una cosa es lo que se dice en campaña y otra cosa es lo posible.

“Acuérdense que el pleito de Donald Trump no sólo es con México, tiene un problema con la OTAN, con Corea del Sur, con los musulmanes, con Japón, y es una disputa institucional global la que ha creado”, comentó.

Pero la cordura y los grandes capitales estadounidenses tendrán aquí voz y peso en lo que pase o deje ocurrir en su eventual gestión como presidente, señaló el presidente del IMEF Monterrey.

“Yo quisiera ser constructivo y optimista, pensar que la sociedad estadounidense va a reflexionar y evitará que un discurso escandaloso y agresivo pueda más que el balance racional y la propuesta específica en beneficio de todos; que ya en las urnas hagan lo propio, y además una cosa es el voto ciudadano, popular, y otra es el voto electoral de los delegados, que todavía sigue favoreciendo a Hillary Clinton”, añadió.

Pero mientras esto tiene un desenlace y se define quién encabezará la Casa Blanca, seguiremos viendo en la relación peso-dólar “todavía una montaña rusa para divertirnos un rato, por lo menos una semana más”.

Expresó que la eventualidad de un triunfo de Trump podría acercar al peso a una cotización de 20 por dólar. ¿Pero eso qué tan bueno o malo es?, pues depende a quién le preguntes.

A los paisanos que reciben remesas, no les incomoda cambiar sus dólares a 20; a las empresas manufactureras del Bajío, que es una de las principales zonas productoras de automóviles del mundo y exporta, pues eso les ayuda en su productividad.

Y el turismo con un tipo de cambio de 20 pesos por dólar, tendrá mayores ingresos porque el turismo canadiense, estadounidense o europeo tiene más posibilidades de venir a México; pero a la vez, al crecer los costos de las importaciones propiciaría una mayor inflación.

Recordó que la calificadora Moody´s, proyectó que con todo lo que ha dicho Donald Trump, la economía de Estados Unidos decrecería en los siguientes dos años, el déficit se iría al cielo, favorecería a los grupos económicos más poderosos, y la erosión en el intercambio comercial lastimaría drásticamente a México, China y otros países.

Pero todavía faltaría ver que en las políticas públicas sus palabras se convirtieran en cambios, y para eso faltaría que esto lo aprobara el Congreso.

Ahorita el principal termómetro y el más rápido de ver es el tipo de cambio. Los rangos de volatilidad varían dependiendo del analista, pero hay que ver qué tan racional es, porque este proceso de especulación tiene límites.

Si hemos subido tasas de interés, si tenemos una balanza comercial razonablemente ordenada, habrá un momento que más allá de la especulación mediática, la paridad tiene que volver a un nivel racional.

No sabemos todavía cuál es el nivel racional. “Si alguien me dijera que todavía el peso puede rebasar la barrera de los 20 por dólar, sí, puede pasar, porque hoy estamos en ese juego global de la volatilidad y nuestro peso tiene una liquidez que nunca había tenido y esto lo hace vulnerable a estos episodios·.

Pero si de pronto algo cambia y la tendencia de Hillary se vuelve a posicionar o gana, también la paridad puede llegar a niveles de 18s bajos, que parece un nivel competitivo que ayuda a los exportadores, a las remesas y no nos genera presiones inflacionarias.

afcl

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