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La calificación de la deuda soberana de México está en riesgo por el menor crecimiento económico y el aumento del servicio de la deuda externa, opinan instituciones financieras.
La economista para América Latina de la aseguradora de riesgos crediticios Coface, Patricia Krause, ve mayor probabilidad de que las calificadoras degraden la nota de México, tras la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos (EU).
Dijo que han sido insuficientes los esfuerzos para contener el déficit fiscal y así compensar el decepcionante crecimiento en los últimos años y el desplome de los petroprecios.
Comentó que el resultado electoral en EU aumentó la presión sobre el presupuesto del gobierno mexicano y con ello, el riesgo de una acción por parte de las calificadoras.
“Esperamos debilidad de la economía mexicana a futuro, lo que puede representar menores ingresos tributarios y así elevar la probabilidad de un recorte a la calificación soberana de México”, consideró Krause. Coface prevé que la economía mexicana crezca 1.6% este año y 1.5% en 2017.
El economista senior de Banorte, Alejandro Cervantes, dijo que el menor crecimiento de la economía mexicana el siguiente año, aunado al incremento del servicio de la deuda externa, pueden motivar una reducción en la calificación soberana del país.
El peso se seguirá depreciando y mantendrá esa trayectoria en 2017, lo que va a elevar el servicio de la deuda como porcentaje del PIB, estimó.
Sin embargo, Cervantes consideró que el gobierno va a cumplir la meta de un superávit primario en 2017. Banorte pronostica que la economía crezca 2% este año y 1.1% en 2017.
Para el director de Estrategias de Mercado de Finamex, Guillermo Aboumrad, hay alta probabilidad de que rebajen la nota crediticia al país.
Dijo que si bien el remanente de operación de Banxico correspondiente al ejercicio 2016 ayudará a reducir la deuda pública y compensar el impacto de la depreciación cambiaria en la revalorización de la deuda externa, el riesgo del recorte no podrá ser revertido porque “la preocupación principal será el crecimiento económico”.
Opinó que la retórica de Trump contra el Tratado de Libre Comercio es responsable de una disminución de la inversión a México y ahora que ganó las elecciones, la incertidumbre va a continuar sobre si llevará a cabo sus amenazas de renegociar el tratado o de aplicar tarifas a industrias.
El 5 de febrero de 2014, la calificadora Moody’s decidió que México tenía el perfil para entrar en el universo de países con calificación de “A”, lo que aunado a tasas bajas a escala internacional, le permitió al gobierno colocar deuda a un menor costo.
En ese entonces, la agencia consideraba que las reformas estructurales aprobadas podían conducir a una mayor inversión y así aumentar el potencial de crecimiento de la nación.
Sin embargo, Moody’s decidió bajar a “negativo” desde “estable” el panorama crediticio del país el 31 de marzo de este año, lo cual significa que puede degradar la calificación en los 24 meses posteriores al anuncio.
Argumentó que México enfrenta retos para lograr sus objetivos de consolidación fiscal y de estabilización de sus tasas de endeudamiento.
El pasado 23 de agosto, Standard & Poor’s bajó la perspectiva de la calificación de México a “negativa” desde “estable” por las expectativas de mayor deuda pública, lo cual implica que puede degradar la nota “BBB+”.
El subdirector de análisis de CitiBanamex, Sergio Luna, opinó que “las condiciones están en el aire, dada la cantidad de variables, como para decidir sobre la calificación soberana”.
Reconoció la menor perspectiva de crecimiento económico, las consecuencias de la depreciación cambiaria en la valuación de la deuda externa y el mayor costo financiero por tasas de interés más altas, “lo que puede complicar la dinámica de la deuda”.
“Alcanzar un superávit primario en 2017 va a ser difícil de cumplir”, dijo.
En octubre de 2010, México se convirtió en el primer país latinoamericano incorporado al World Government Bond Index (WGBI) de Citigroup.
La adhesión amplió la base de inversionistas institucionales en deuda local, aumentó la demanda por instrumentos gubernamentales y mejoró las condiciones de liquidez y profundidad del mercado mexicano al contar con más inversionistas potenciales.
Luna dijo que “la permanencia de México en el WGBI no debería estar en riesgo, porque los requisitos se siguen cumpliendo”, pues son independientes de la relación comercial con EU.
“Incluso, aunque las agencias revisen la calificación de México, los ajustes probablemente no serán de una magnitud que ponga en riesgo su grado de inversión y por ello, puede seguir dentro del WGBI”, concluyó.