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noe.cruz@eluniversal.com.mx
Nuevo Vallarta, Nay.— Las empresas constructoras del país van a recurrir a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) para obtener financiamiento para las obras de infraestructura que se vayan presentado hacia finales de este y el próximo año.
El presidente de la Cámara Mexicana de Industria de la Construcción, Gustavo Arballo, sostuvo que los esquemas tradicionales de financiamiento “están agotados” y que por ello se deben buscar otras fuentes de recursos.
Durante la Reunión Nacional de Infraestructura Hidráulica 2016, el representante de 11 mil empresas del ramo de la construcción indicó que “vivir de la inversión pública no es una opción y mucho menos ahora que los ajustes presupuestales plantean un panorama económico difícil para 2017”.
Las perspectivas de crecimiento de esta industria para este y el próximo año no son alentadoras, consideró.
Estamos esperando una caída de la actividad de la construcción de entre 1.5% y 2% al cierre de 2016 y un comportamiento similar en 2017.
Además, subrayó, “tenemos que dejar de pensar que las obras y proyectos son compromisos presidenciales. El país —dijo— no se termina en 2018”.
Debemos de ir más allá y por eso trabajamos en generar una cultura empresarial que nos mueva a buscar nuevas herramientas financieras, detalló.
Privilegiar el gasto de inversión, “no es para que los constructores tengamos trabajo, es para que la economía del país, como parte importante de la generación de empleo y de aportación al PIB se afecte menos”, comentó.
Detalló que los esquemas tradicionales de financiamiento que conocemos y que se han dado en el pasado, “están agotados”, como las líneas de crédito bancarias, “porque la banca privada en este país lo único que hace es un muy buen negocio, prestando al que no necesita y al que tiene que responder por otra cosa que no sea un proyecto u obra de infraestructura”.
“Ahora ir al banco haber cuánto me prestan; que línea de crédito hay disponible como apoyo y con tasas de interés razonables y buenas para los empresarios constructores, es un modelo agotado”, subrayó.
Esta industria, comentó, es una actividad estratégica que requiere un apoyo diferente de la banca de desarrollo o generar apoyos de otras fuentes que no sean tradicionales, “sino no vamos a salir de lo mismo”.
Por ello, adelantó que van a recurrir al mercado de valores “y no hablo de cotizar acciones, porque para eso las empresas necesitan pasar por todo un proceso para salir a vender capital”.
El esquema consiste en colocar entre el gran público inversionistas certificados de deuda en donde se ofrece una tasa de interés a determinado plazo, con una tasa algo más que el banco.
Es decir, “se emiten obligaciones de deuda y se confía en una empresa madura que demuestre ventas, compromiso de pago, flujo de caja, porque así pasamos de decir, te presto porque me estas garantizando con tu casa a apostarle a un proyecto u obra; a la garantía de crecer mediante su trabajo y sus compromisos de pago”.
Arballo explicó que la CMIC se fijó una meta: “tenemos 11 mil afiliados en el país y de ellos 600 son empresas medianas. En una primera etapa creemos que de esas 600, el 10% recurrirá a este tipo de operación en la BMV”.