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Bank of America (BofA) rompió el piso del 2% en su pronóstico de crecimiento de México durante 2016. Ante una desaceleración de la economía mexicana, la firma espera que el Producto Interno Bruto avance apenas 1.9% al cierre del año.
Este es el tercer pronóstico que sitúa el crecimiento esperado del PIB mexicano por debajo de 2%.
Barclays lo ubica también en 1.9% y Banco Base estima un intervalo de 1.9 a 2.3% al finalizar 2016.
“Del lado de la demanda todos los componentes están contrayéndose o se han desacelerado considerablemente. El consumo se ha estancado, las inversiones van a la baja, y el gasto de gobierno y las exportaciones están contrayéndose”, explicó Carlos Capistrán, economista en Jefe para México de Bank of America.
El nuevo ajuste a la baja para el presente año se une a la reducción de perspectivas de la encuesta del Banco de México entre especialistas del sector privado, quienes esperan un crecimiento de 2.28% al finalizar 2016.
Hasta el momento el consenso de los analistas mantiene una expectativa de crecimiento promedio del PIB por arriba de 2%. De hecho, el Fondo Monetario Internacional sorprendió con un pequeño ajuste al alza de 2.4 a 2.5% en las semanas recientes.
El pronóstico del gobierno se ubica en un intervalo de 2.20 a 3.30%.
Anticipa actividad débil. En un análisis sobre el desempeño de la economía mexicana, BofA resaltó que la reducción de su perspectiva de crecimiento para el país en parte refleja la desaceleración que ya ha ocurrido en la economía mexicana y que se espera una actividad débil durante los próximos meses.
En ese sentido, Bank of America detalló que el crecimiento del PIB bajó su ritmo en el primer semestre del año a 2.3% de 2.5% en 2015, con lo cual del lado de la oferta ha habido una clara divergencia entre los servicios y el sector industrial.
“Los servicios han tenido un crecimiento fuerte, apoyados por la baja inflación que a su vez permitió un crecimiento de los salarios reales y tasas de interés negativas por algún tiempo y también por la depreciación del peso que permitió a los mexicanos cambiar su consumo por bienes domésticos en lugar de productos y servicios extranjeros y que aumentó el valor en pesos de las remesas”, explicó.
“En contraste, el sector industrial ha tenido un crecimiento débil debido a la caída continua en la producción de petróleo y debilidad en la manufactura”.
Para el año próximo, BofA también redujo su pronóstico de 2.3% a 2.1%, ante una débil demanda externa y políticas fiscales y monetarias aplicadas por el gobierno apoyarán en menor medida el crecimiento del país.
Se trata del segundo ajuste de BofA en menos de un mes para las proyecciones del próximo año, pues apenas el 23 de julio pasado las había ajustado de 2.5 a 2.3%.
“La política fiscal apoyará a la economía menos que en el pasado, ya que el gobierno está en el proceso de recortar el déficit de 4.1% en 2015 a 3.5% en 2016 y 3% en 2017. El recorte al gasto este año representa un fuerte recorte al presupuesto de Pemex, lo que significa que se puede esperar que la caída en la producción de crudo continúe”, subrayó.
Ante la caída en precios del petróleo, añadió la institución, se tiene un menor gasto público y un efecto negativo para la reforma energética, que significa menor inversión y menor producción de crudo.
La firma añadió que el Banco de México seguirá aumentando sus tasas, aunque a un paso menor dada la desaceleración de la economía.
“El riesgo es que Banxico siga favoreciendo la estabilidad sobre el crecimiento y eleve la tasa a un nivel mayor que la tasa neutral, lo que sería negativo para la economía”, explicó.