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Dos de los centros de control de la mayor importancia, surgidos de la reforma energética y ya en operación, presentan debilidades que les pueden restar confiabilidad: el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y el Centro Nacional de Control de Gas Natural (Cenagas).
El primero, encargado de ejercer el control operativo del Sistema Eléctrico Nacional, la operación del Mercado Eléctrico Mayorista y garantizar imparcialidad en el acceso a la Red Nacional de Transmisión y a las Redes Generales de Distribución, reveló que “no cuentan con sistemas para la seguridad cibernética que proteja de posibles intrusiones o de software maligno para que realicen sus funciones”.
El segundo, encargado de garantizar el correcto funcionamiento del sistema de gasoductos, con una longitud de 8 mil 950.5 kilómetros, enfrenta el problema de inseguridad relacionado con las tomas clandestinas, toda vez que Pemex le transfirió la infraestructura cuando esta clase de delitos va en aumento.
Según información obtenida por EL UNIVERSAL, ambos centros requieren de inversiones por 2 mil 585 millones de pesos que estarían ejerciendo en 2017, con el fin de solucionar sus problemas y que estén en condiciones de cumplir las funciones.
En Cenace la vulnerabilidad cibernética detectada “eleva el riesgo de la operación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y del Mercado de Energía, a donde llega el fluido eléctrico producido tanto por la CFE como por generadores privados y, consecuentemente, la entrega de energía a los usuarios en cantidad suficiente y dentro de los estándares de voltaje y frecuencia establecidos en las normas internacionales y al menor costo posible de producción”.
El organismo presentó a la Unidad de Inversión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el proyecto Sistema de Seguridad Cibernética Interna del Centro Nacional de Control de Energía, con registro de cartera 1618TOM0001, para la autorización de 108 millones de pesos a ejercer en 2017 más 13.6 millones para gastos de operación.
En su diagnóstico, el organismo detalla que “se tiene un alto porcentaje de obsolescencia en los equipos operativos tales como los sistemas de Energía ininterrumpible, de comunicación, para la administración de energía, de laboratorios y de seguridad física”.
Esta situación, aunada al crecimiento en la demanda de energía y de la red eléctrica prevista en el Programa de Obras e Inversiones del Sector Eléctrico 2014-2028 (POISE) y a lo establecido en el Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en Materia de Energía, “hace necesario actualizar la infraestructura operativa de los Sistemas de Seguridad Física del Cenace”.
Para que el organismo funcione tal y como establece el decreto de su creación, “se requiere contar con los equipos operativos, en buenas condiciones y en cantidad suficiente para la ejecución oportuna de los trabajos implicados, garantizando de esta manera el control y de la operación del Sistema Eléctrico Nacional, en un mercado de energía abierto”, señala el documento que está siendo analizado por las autoridades hacendarias para su aprobación.
Con este programa, el Cenace pretende actualizar la infraestructura de seguridad cibernética de ocho gerencias de Control y dos subgerencias de Control, toda vez que sus equipos “están descontinuados por la compañía fabricante, por lo que se requiere la actualización de los mismos y la adición en los centros que no cuentan con sistemas para la seguridad cibernética”.
El centro de control del sector eléctrico requiere 21 sistemas de prevención de intrusos, 26 sistemas de protección contra accesos no autorizados, ocho sistemas de protección avanzada de propósito específico, dos sistemas de administración de sistemas de prevención de intrusos, dos sistemas de administración de sistemas de protección contra accesos no autorizados.
En tanto, el Cenagas, encargado de garantizar el correcto funcionamiento del sistema de gasoductos, estimado en 8 mil 950.5 kilómetros de la red nacional, enfrenta el problema de inseguridad relacionado a tomas clandestinas.
El análisis costo-beneficio del proyecto económico Sistema Supervisorio de Control y Adquisición de Datos (SCADA) con fecha de junio de 2016, plantea que hasta ahora la información de todas las instalaciones superficiales de gas natural de la red (que incluye el sistema nacional, el sistema Naco-Hermosillo y de tercero) se encuentra disperso.
Por ello, propuso la instalación del sistema SCADA para operar y controlar la red que le fue transferida por Pemex, a fin de garantizar la operación confiable y segura del sistema de transporte por ducto de gas natural así como obtención de información operativa de otros transportistas de gas natural, es decir, trasladar de manera “eficiente y segura” el gas natural a través de la red nacional de gasoductos.
La información generada por este sistema, calculada en 45 mil señales de campo en tiempo real por minuto, va a ser proporcionada a los operadores y a diversos usuarios internos responsables de la operación, del área comercial y el área encargada de la seguridad de los ductos, tal y como se hace en Pemex.
Algunas de estas señales son de alarma para alertar al operador sobre la ocurrencia de alguna falla o cambios en las condiciones operativas fuera de los rangos previamente definidos como aceptables, que ocurren frecuentemente de la mano del crimen organizado mediante las llamadas tomas clandestina.
En enero de 2016, formalmente se transfirieron los 10 mil 338 kilómetros de ductos de Pemex al Cenagas. Dicho sistema tiene una capacidad de transporte de 11 mil 739 millones de pies cúbicos diarios de gas natural, pero con esa transferencia también se fueron los delitos asociados a la perforación de los tubos por parte de organizaciones criminales dedicadas al robo de hidrocarburos (incluido el gas natural), problema que va en aumento.
EL UNIVERSAL publicó el pasado 19 de julio que entre 2009 y junio de 2016 el crimen organizado había realizado 20 mil tomas clandestinas en la red de ductos de Pemex (10 mil kilómetros), lo que significa en promedio que cada kilómetro de la red fue perforado dos veces en esos siete años.
En estas condiciones, el Cenagas se propuso lograr control del sistema de transporte de gas natural que recibió de manos de Pemex y contar con información de manera inmediata para una toma de decisiones oportunas, utilizando el sistema SCADA.
Para ello solicitó una inversión de 2 mil 463 millones de pesos, más 122.2 millones para la operación y mantenimiento de este sistema y que además permita la construcción del Centro de Control Principal y del Centro de Control Alternativo. Con ello, se pueden obtener beneficios como: asegurar la integridad mecánica del sistema de transporte, con el objeto de evitar alguna contingencia que pueda afectar al medio ambiente; evitar daños a la sociedad garantizando el abasto para el consumo, no afectando los procesos industriales y por consiguiente el desabasto de la población; prevenir pérdidas económicas para el país; prevenir el deterioro de la infraestructura de ductos.